Casos: konbinis y bancos salvan a sus clientes ancianos de varios fraudes

En enero pasado, una clienta anciana que quiso comprar 150.000 yenes en dinero electrónico en una tienda de conveniencia de Fukushima se libró de ser estafada gracias al empleado nepalí del local.

Ocurrió la noche del 18 de enero, cuando el empleado del konbini de 35 años, le preguntó a una mujer que compraba dinero electrónico con una tarjeta de débito: “Quiere usar todo este dinero usted misma?”. 


La anciana le contó que estaba transfiriendo el dinero «a un sitio web al que había ingresado por error» y que prometía devolvérselo luego.

El empleado sospechó que se trataba de una estafa por lo que convenció a la mujer que se abstuviera de comprar. Después de 10 minutos explicando las técnicas de fraude existentes, ella le confesó que planeaba comprar otros 400.000 yenes en otras tiendas de conveniencia. El hombre marcó el 110 para avisar a la policía.

El nepalí recibió ayer una carta de agradecimiento de la policía de la prefectura de Fukushima por su acción. Él llegó a Japón en 2009 para estudiar japonés interesado por su historia, como único país que sufrió un ataque con bomba atómica. Inmediatamente después del Gran Terremoto de Tohoku en 2011, se ofreció como voluntario en la ciudad de Iwaki y ahora vive en la ciudad de Fukushima junto a esposa e hijo japoneses.


FRAUDES EVITADOS EN SAITAMA

En otro episodio de fraude frustrado, la policía de Saitama envió una carta de agradecimiento a la sucursal Omagi, en Urawa, del Shinkin Bank, una pequeña financiera de la región, por evitar que una clienta de unos 70 años perdiera 2 millones de yenes.

El pasado 25 de diciembre del año pasado, la mujer se presentó en el banco diciendo que quería retirar 2 millones de yenes. Cuando el gerente de la sucursal le preguntó el motivo, ella dijo que iba a transferirlo a una llamada “Asociación Japonesa de Inspección de Postes de Servicio de Públicos” que supuestamente tenía un gran contrato con el Ministerio de Economía, Comercio e Industria para trabajos de investigación e inspección.


El gerente bancario constató en la web del ministerio y encontró un aviso de advertencia del 1 de febrero sobre el peligro de la supuesta asociación. Así persuadió a la clienta de no realizar la transferencia.

Entre diciembre de 2020 y enero de este año, la policía de Saitama ha enviado otras cartas de agradecimiento a las sucursales de Seven-Eleven de Omagi, Harayama y Saido, además del Banco Resona de Higashiurawa por realizar acciones que evitaron que varias personas perdieran dinero a través de fraudes. (International Press)  


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