Piden 20 años de cárcel para japonés que dejó morir de hambre a su hijo

Tribunal emitirá sentencia el 22 de octubre


Yukihiro Saito
Yukihiro Saito

En mayo de 2014 fueron encontrados en un apartamento abandonado en Kanagawa los restos óseos de Riku Saito, un niño que murió en 2007 cuando tenía 5 años.

La policía arrestó a su padre, Yukihiro Saito, por dejar morir de hambre al niño. La Fiscalía ha solicitado una pena de 20 años de cárcel para el hombre. El Tribunal de Distrito de Yokohama emitirá una sentencia el 22 de octubre.

En abril de 2014, cuando el niño no asistió a la escuela en la que había sido inscrito varios años atrás, las autoridades del centro educativo se contactaron con un centro de bienestar infantil, que a su vez avisó a la policía.


La policía acudió al apartamento (cuya dirección tenía registrada el colegio), pero no encontró a Saito. Recién lo pudo ubicar una semana después. El hombre vivía en otro apato. La policía llevó al sujeto al primer apartamento y descubrió los restos del pequeño.

Saito fue arrestado tras confesar que había dejado morir de hambre al niño. Contó que poco después del fallecimiento de su hijo se mudó de vivienda y que estaba divorciado de la mamá de Riku.

Los medios japoneses divulgaron que Saito le llevaba comida a su hijo cinco veces a la semana, pero que después comenzó a ir cada vez menos, dejando al pequeño sin comida ni agua. El hombre, tras ser abandonado por la mamá de Riku, perdió interés en el niño.


La escuela en la que había sido inscrito Riku intentó ponerse en contacto con el niño y su familia en 2007, cuando el chico no asistió a clases. Mandó a empleados a visitar el apartamento de la familia Saito varias veces, pero al no encontrar a nadie, la escuela asumió que se habían mudado.

El caso expuso la negligencia de las autoridades para proteger al niño. En octubre de 2004, el niño fue puesto bajo custodia protectora por un corto tiempo después de ser encontrado fuera de su casa descalzo y solo vestido con un pañal.


Riku fue examinado en un centro de bienestar infantil, donde le encontraron marcas en el cuerpo que delataban un posible abuso.

El centro logró identificar al padre de Riku y reunirse con él. Se decidió que un empleado del centro visitaría la casa de Saito para verificar si el niño era criado en un ambiente adecuado. La visita nunca se produjo.

Desde el centro arguyeron que no había suficiente personal para atender el caso de Riku. Sin embargo, un vocero reconoció que al margen de las razones por las cuales nadie visitó al niño para evaluar su estado, el hecho concreto era que el centro había actuado con negligencia. (International Press)

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