“Quería hacer kamaboko por el resto de mi vida”: un deseo que no se podrá cumplir por el terremoto

La tienda de kamaboko (NHK)

Kazunari Nakamura, un hombre de 83 años, lleva haciendo kamaboko (pasta de pescado) desde hace más de seis décadas.

Vende sus productos en una tienda en la ciudad de Himi, prefectura de Toyama.


Nakamura heredó el local de su padre, que lo abrió en la década de 1930 y que con el tiempo logró convertirlo en un popular lugar turístico, revela la NHK.

El terremoto del 1 de enero en la península de Noto causó graves daños en el establecimiento.

El sismo hizo pedazos el cristal de la puerta de entrada y creó grietas en el suelo.


Así era imposible abrir, y los kamaboko especiales que el dueño hizo para Año Nuevo aún están allí, con su fecha de caducidad ya pasada.

Después de 90 años de funcionamiento, Nakamura ha decidido cerrar de manera definitiva el negocio.

Su avanzada edad le juega en contra. Si tuviera 10 años menos, habría reconstruido la tienda, dice. El esfuerzo -económico, físico y mental- supera sus menguadas fuerzas.


“Quería hacer kamaboko por el resto de mi vida”, añade. Un deseo que ya no podrá cumplir. El local será demolido.

Sin embargo, nadie le quitará lo bailado: “Disfruté mucho de hacer kamaboko y de dirigir el negocio”. (International Press)


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