Obama: «Cuba no es una amenaza para Estados Unidos»

EEUU «no será prisionero del pasado» con Cuba ni con la región, manifestó el presidente estadounidense.

 


 

El presidente de EEUU, Barack Obama, sostuvo hoy que su país «no será prisionero del pasado» con Cuba ni con la región, al mostrarse convencido de que si continúa el diálogo bilateral entre su Gobierno y el de Raúl Castro habrá progresos pese a las «diferencias».

«Estados Unidos mira hacia el futuro», subrayó Obama en su intervención en la primera sesión plenaria de la VII Cumbre de las Américas.


Obama calificó la Cumbre, en la que están presentes los 35 países americanos y por primera vez Cuba, de «momento histórico» y dijo que el acercamiento entre EEUU y Cuba marca un «punto de inflexión» para toda la región.

«La Guerra Fría ya terminó», dijo tajante Obama. «No estoy interesado en disputas que francamente empezaron antes de que yo naciera», apuntó al indicar que lo busca es «resolver problemas» trabajando y cooperando con toda la región.

El «giro» de la política estadounidense hacia Cuba «profundiza nuestro compromiso» con toda la región, según Obama, quien declaró que desde que llegó a la Casa Blanca en 2009 su propuesta ha sido la de mantener una relación de «socios» y de igualdad con el continente.


«No estoy interesado en disputas que francamente empezaron antes de que yo naciera»

En su intervención, Obama respondió directamente a las acusaciones del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, que minutos antes que él denunció en la plenaria que Estados Unidos «continúa con ilegales intervenciones» en América Latina, y que ha llegado la «hora para la segunda y definitiva independencia» de la región.

Según Correa, el intervencionismo de Washington se revela con acciones como la orden ejecutiva con la que Obama declaró la situación en Venezuela una «amenaza», o con el pedido de funcionarios estadounidenses ante el Congreso de ese país de recursos para «defender la libertad de expresión» en Cuba, Venezuela, Ecuador y Nicaragua.


En respuesta, Obama admitió que en el pasado la política de derechos humanos de EEUU no siempre fue acertada, pero que, hoy por hoy, su país no tiene interés en «inmiscuirse» cuando denuncia determinadas situaciones que no considera justas, sino que lo hace porque considera que es «lo correcto».

«No estamos atrapados en la ideología, al menos no yo», remarcó Obama.

«CUBA NO ES UNA AMENAZA PARA EEUU»

Obama, sostuvo además que «Cuba no es una amenaza» para su país, al defender tras la Cumbre de las Américas en Panamá el acercamiento a la isla y su histórica reunión con el mandatario cubano, Raúl Castro.

En una conferencia de prensa al término de la Cumbre, Obama comentó que su objetivo no es «un cambio de régimen» en Cuba y se mostró «cautelosamente optimista» sobre los progresos que se están realizando hacia la normalización bilateral y la reapertura de embajadas en Washington y La Habana.

Sobre su conversación con Castro, la calificó de «sincera» y «productiva», y dijo que ambos tuvieron la oportunidad de «hablar honestamente» sobre sus diferencias.

Según Obama, le comentó a Castro «en privado» lo mismo que ha dicho «en público» sobre las preocupaciones de EEUU acerca de la situación de los derechos humanos y la libertad de expresión en Cuba.

Por otro lado, Obama indicó que todavía no ha podido revisar la recomendación del Departamento del Estado favorable a retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo y, por tanto, aún no ha tomado una decisión al respecto.

El presidente detalló que quiere poder leer y «estudiar» con calma esa recomendación y la de sus asesores en la Casa Blanca antes de tomar una decisión.

En anticipación a su histórica reunión de hoy entre Obama y Castro, la primera entre los presidentes de los dos países en más de medio siglo, se habían generado muchas expectativas sobre un posible anuncio acerca de la lista terrorista.

Cuba reclama su salida de esa lista, en la que aparece cada año desde 1982, pero no lo considera una «precondición» para retomar las relaciones diplomáticas con EEUU y reabrir las embajadas en las respectivas capitales, aunque los expertos coinciden en que sería un paso muy importante hacia la normalización diplomática.

Para sacar a Cuba de la lista, EEUU debe llegar a la conclusión de que «durante los últimos seis meses» el país no se ha implicado «en el apoyo, asistencia o complicidad de actos terroristas internacionales», según explicó recientemente el secretario de Estado, John Kerry.

Además, es necesario contar con un compromiso del Gobierno de Cuba de que no tiene intención de involucrarse o apoyar el terrorismo en el futuro.

Una vez que Obama anuncie su decisión, debe notificarla de manera formal al Congreso, que cuenta con 45 días para estudiarla y, en caso de desacuerdo, puede presentar un proyecto de ley para tratar de revocar el dictamen presidencial. EFE

 

 

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