La Agencia Nacional de Policía de Japón ha iniciado su campaña anual de seguridad vial de otoño, con el objetivo de promover el cumplimiento de las normas de tráfico y la prevención de accidentes.
La policía ha advertido sobre un preocupante aumento en los accidentes de tráfico relacionados con el uso de teléfonos móviles mientras se conduce bicicleta, un fenómeno conocido como «nagara unten» (ながら運転), que significa literalmente «conducción simultánea». Este comportamiento estará prohibido bajo la Ley de Tráfico Vial a partir de noviembre.
Los datos registrados hasta el mes pasado muestran 22 accidentes fatales o graves en todo el país este año debido a «nagara unten», lo que representa un incremento de diez casos en comparación con el mismo período del año anterior.
Un análisis de las estadísticas revela que el 53,9 % de las víctimas de estos accidentes son personas de 19 años o menos. A este grupo le siguen los de entre 20 y 29 años, que representan un 18,6 % y los de entre 30 y 39 años, con un 13,7 %.
La nueva normativa de tráfico, que entrará en vigor el 1 de noviembre, impondrá sanciones a quienes utilicen teléfonos móviles mientras conducen bicicletas.
Aquellos que provoquen accidentes como consecuencia de esta conducta podrán enfrentar penas de hasta un año de prisión o multas de hasta 300.000 yenes. Incluso si solo se observa la pantalla del dispositivo sin causar un accidente, el riesgo generado conllevará penas de hasta seis meses de prisión o multas de hasta 100.000 yenes.
Además, se establecerán sanciones específicas para los casos de conducción bajo los efectos del alcohol. La “conducción en estado de ebriedad” se define como conducir con un nivel de alcohol en sangre de 0,3 mg o más por cada ml de sangre, o 0,15 mg o más por litro de aire exhalado. Las sanciones para quienes infrinjan esta normativa incluyen hasta tres años de prisión o multas de hasta 500.000 yenes.
También se penalizará a quienes faciliten la conducción en estado de ebriedad. Proporcionar un vehículo a alguien que haya bebido puede conllevar una pena de hasta tres años de prisión o una multa de hasta 500.000 yenes. Asimismo, los acompañantes en el vehículo o quienes hayan servido alcohol a la persona que conduce podrán enfrentar hasta dos años de prisión o multas de hasta 300.000 yenes. (International Press)