Los actos vandálicos que aún se registran en el interior del país y que han enlutado a varias familias no son casualidad. Corresponden a un plan elaborado maquiavélicamente por Pedro Castillo y su grupo al desnudarse la red de corrupción que se había tejido desde el gobierno con Perú Libre. Le bastó un año y cinco meses en el poder para tejer su gran objetivo: destruir la democracia e imponer a la fuerza un gobierno totalitario como el de Nicolás Maduro.
Castillo buscaba, con su intento de autogolpe, cerrar el Congreso y capturar a la Fiscal de la Nación Patricia Benavides para desaparecer las pruebas que lo implican y tenía para ello a su lado un grupo de fieles guardianes (ministros, congresistas, asesores, personal de la PNP y generales ascendidos irregularmente) dispuestos a cumplir la tarea, porque formaban parte de la misma red de corruptos.
Lo que no estuvo en sus planes fue que las FFAA aprendieron cuál es el papel que juegan en democracia y no respaldaron el Golpe de Estado, obligándolo a ejecutar el Plan B (asilo) que terminó en su captura y posterior vacancia, tirando por la borda su intención de perpetuarse en el poder. En su desesperación al sentirse acorralado fue el propio Pedro Castillo que se hizo el harakiri.
Las responsabilidades de los sucesos ocurridos el 7 de diciembre en el Perú se conocerán tras las investigaciones que se siguen. Sin embargo, el ataque feroz sufrido en gran parte del territorio nacional – tras el autogolpe – con el bloqueo de vías, la toma de aeropuertos, los destrozos de las sedes del Ministerio Público, incendios a comisarías, daños cuantiosos a la propiedad privada y amenazas a la prensa, no han sido hechas por manifestantes sino por grupos terroristas que sobreviven y por extremistas que fueron liberados de las prisiones.
La PNP ya tiene identificados a los subversivos que están detrás de estos actos como es el caso de integrantes del MOVADEF, (brazo político de Sendero Luminoso) el MRTA y otros grupos afines al narcotráfico de la zona del VRAEM y la minería y la tala ilegal. Todos ellos delincuentes que ahora se ven afectados porque se les acabó el poder con la caída de Castillo y les espera la cárcel.
¿Se imaginan el Perú que quería establecer Perú Libre aliado con el terrorismo y el narcotráfico? Pues de terrorismo conocemos mucho los peruanos porque lo hemos vivido y no queremos volver a sufrir los estragos que padecimos en la década de los 80 y 90. No nos lo merecemos! Hay que decirlo fuerte para que se escuche en el exterior también, donde países como Colombia, Bolivia, Venezuela y México se han aliado para distorsionar los hechos. Para ellos, Castillo es un pobre maestro a quien le han violado todos sus derechos y lo tienen incomunicado, secuestrado. Nada más falso. En los ocho días que estuvo detenido en la sede de la DIROES – Ate recibió más de un centenar de visitas de abogados, congresistas afines, familiares y siempre estuvo comunicándose por redes sociales.
Muy activo el maestro rural al que alguna prensa extranjera, caso El País de España, la BBC de Londres y otros, sufrían con su detención y pedían a gritos su libertad y defensa de sus DDHH, publicando sus manuscritos mentirosos. ¿Se acordó acaso esta prensa de los derechos humanos de los más de 30 millones de peruanos que viven en el país y rechazan la violencia?, ¿pensaron en los derechos de las personas que perdieron sus negocios abiertos con mucho esfuerzo después de la pandemia?, ¿acaso les importó los derechos de las personas atrapadas en las carreteras sin poder transitar libremente? pues NO. No les importa.
¿Dónde quedó entonces la responsabilidad de informar con la verdad? Por el contrario, la emprendieron contra la actual presidenta Dina Boluarte y buscaron traérsela abajo para que renuncie e impere el desgobierno en el país y caigamos en manos del comunismo o socialismo enraizado en gran parte de Sudamérica.
Pero se equivocaron, Dina Boluarte no va a renunciar, lo ha dicho en todos los tonos, porque tiene el respaldo de las FFAA y, además, porque su gobierno es de transición. Tiene claro que se debe adelantar las elecciones generales para lo cual ha presentado al Legislativo un proyecto de ley. Pero para eso, el Congreso de la República tiene que cumplir su papel y hacer las reformas necesarias a la Constitución.
Lo que sí preocupa es el polvorín desatado por estos grupos terroristas que creíamos eran parte del pasado violento que nos costó reconstruir. Eso no se puede minimizar, hay que vencerlos con inteligencia y para eso se tienen que hacer cambios al interior de las institucionales policiales donde Castillo metió a su gente, como el actual jefe de la DINI, Wilson Barrantes, allegado al MOVADEF. Cambios también en todas las prefecturas y subprefecturas del país ideologizadas por PL, Vladimir Cerrón y el MOVADEF y cambios en todos los ministerios donde intentan pasar desapercibidos. Prisiones van a faltar para encerrar a tanto corrupto.
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