“La agricultura pues presidente, la agricultura”. Por Michel Azcueta

Agricultores en los Andes peruanos (Foto Andina)

 

No soy economista, de manera que otros pueden hablar de economía mucho mejor que yo, pero sí creo que al analizar la realidad del país y las funciones del Estado y de los respectivos gobiernos, la marcha de la economía es importante para todos, ya sea en pandemia o antes y después de ella. De ahí el interés por escuchar y aprender sobre el tema y, dentro de él, la grandísima importancia de la agricultura en el Perú, una de nuestras maravillas naturales, sociales y…económicas.


Cuando se analizó la crisis económica en los primeros doce meses de la pandemia y las áreas más bravas que originaron la mayor caída en la producción nacional, en el PBI, en las reservas, sólo TRES sectores productivos (aquí está el detalle…) lograron no solo mantenerse sino incrementar su valor productivo y su riqueza de acuerdo a los informes oficiales del MEF: 1) los Bancos que hasta abriendo sábados y domingos, como nunca, para pagar los bonos y demás actividades promovidas por el Estado; 2) las empresas de tecnología y comunicación, por el aumento del internet, del uso  de los celulares, computadoras y hasta televisores y 3) oh milagro, la agricultura..!! el sector abandonado por casi todos…!! En el Perú no nos ha faltado alimentos de todo tipo en ningún momento, en ningún mes, en los casi dos años de pandemia, gracias a los pequeños, medianos y grandes productores agrícolas.

¿Cuánto quisieran los países ricos del hemisferio norte tener esta riqueza en sus territorios? Intentan utilizar la tecnología, inventar e invertir en invernaderos, pero no les alcanza para sus niveles de consumo y tienen que importar todo tipo de productos alimenticios encareciendo el precio de los mismos, mientras en Perú tenemos de todo, todo el año.

Carlos Paredes González lleva años demostrando los éxitos de la agricultura en la propuesta de desarrollo de la pequeña producción campesina liderada por la Federación Departamental de Campesinos del Cusco, así como en el programa Sierra Productiva, y el economista Richard Webb nos lo ha vuelto a recordar en un artículo reciente titulado “El milagro de los panes”.


Me pregunto ¿si todo esto está tan claro por qué desde los centros de poder económico y político se abandona el desarrollo agrícola y la producción alimentaria? ¿Por qué no hay mayor inversión pública en apoyo a los pequeños productores, a los campesinos de las diferentes zonas del Perú? ¿Por qué se gasta tanto presupuesto en los eternos programas asistenciales que no logran ningún objetivo concreto, más allá de las ayudas de emergencia? ¿Por qué no se orienta de otra manera la gran inversión privada nacional y extranjera al desarrollo no monopólico de la agricultura en la costa, en la sierra y en la Amazonía? ¿Por qué no se comparte más y mejor las nuevas tecnologías agrícolas por todo el territorio del Perú? Todo ello no solo es posible, sino que es urgente, es necesario y es bueno para toda la Nación.

Por eso, cuando los jóvenes me preguntan a qué habría que dar prioridad en la política nacional, siempre respondo: “A la agricultura, hermanito, a la agricultura”… Se atreverá a hacerlo el nuevo gobierno?

*exalcalde de Villa El Salvador


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