Al menos dos personas han muerto, once han desaparecido y casi medio millón han sido evacuadas debido a las inundaciones y corrimientos de tierra que han causado las lluvias torrenciales que afectan al suroeste de Japón.
Las tormentas que han azotado la isla de Kyushu han superado los 120 milímetros por hora y el agua acumulada en las últimas 24 horas en las prefecturas de Fukuoka y Oita, las más afectadas, supera los 540 milímetros (1,5 veces más que la media de todo julio), según datos de la Agencia Meteorológica de Japón (JMA) recogidos por la emisora NHK.
Un cuerpo ha sido encontrado en la localidad de Asakura (Fukuoka), según la agencia Kyodo, mientras que otro hombre de 43 años fue localizado en parada cardiorrespiratoria en la prefectura de Oita, según la NHK.
Once personas de ambas prefecturas continúan aún desaparecidas, incluido un niño, y se teme que puedan haber sido arrastradas por la corriente o enterradas vivas, según la Policía.
Algunas casas han sido completamente arrastradas por el agua y varias decenas han quedado seriamente dañadas, por lo que casi 500.000 personas han sido aconsejadas u obligadas a evacuar sus hogares.
La JMA ha pedido la «máxima vigilancia» en algunas áreas de Fukuoka y Oita, ya que afirma estas lluvias podrían suponer uno de los mayores desastres naturales en el país en las últimas décadas.
Los niveles récord de lluvia han causado interrupciones en el tráfico y en servicios de trenes regionales, según datos del Ministerio nipón de transporte.
Algunos de los municipios más afectados han solicitado la intervención de las Fuerzas de Autodefensa (Ejército), que se han encargado de rescatar hasta ahora a más de 1.600 personas en ambas prefecturas.
Miles de casas continúan sin electricidad, y algunas áreas siguen a esta a esta hora sin cobertura móvil.
Se prevé que las fuertes lluvias continúen durante buena parte del jueves, por lo que la máxima alerta sigue activada para las prefecturas de Fukuoka y Oita.
Las lluvias torrenciales que afectaron al oeste de Japón el miércoles ya dejaron un muerto y unos 20.000 evacuados, lo que se unió a los otros 20.000 desplazados por el tifón Nanmadol, que azotó el suroeste del país a principios de semana. (EFE)
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