En los últimos 15 años se han reportado en Japón más de diez incidentes con personas heridas en el cuello, la cara y los dedos, entre otras partes del cuerpo, debido a los elevalunas eléctricos.
La estadística ha cobrado actualidad por la muerte de una niña de 2 años en Tokio el martes, cuyo cuello quedó atrapado en una ventana del coche de su madre.
Tras el trágico accidente, se ha recomendado a los conductores sobre el peligro potencial que representan los elevalunas eléctricos para los niños pequeños, señala Asahi Shimbun.
Si bien algunas ventanas eléctricas están diseñadas para dejar de subir cuando algo se atasca en ellas, el mecanismo de seguridad no funciona cuando las ventanas están casi cerradas.
Para prevenir accidentes, dice un representante de la Federación de Automóviles de Japón, es importante que los conductores abrochen de manera correcta a los niños en los asientos de seguridad y utilicen dispositivos de bloqueo de ventanas para evitar que los niños las abran o cierren.
La persona al volante, antes de cerrar las ventanas, debe cerciorarse de la seguridad y avisar a los pasajeros, añade.
En el caso de la niña de Tokio, estaba sentada detrás de su madre en un asiento de seguridad para niños, pero sin el cinturón.
La mujer, por error, cerró la ventana del lado de su hija accionando un interruptor junto al asiento del conductor.
La madre declaró a la policía que al salir de casa abrió las cuatro ventanas del coche para ventilarlo y que pensó que luego las había cerrado.
Cuando se dio cuenta de que su hija había quedado atrapada, llamó a la policía.
La niña, insconsciente, fue trasladada a un hospital, donde se declaró su muerte aproximadamente una hora después.
¿Es posible detener con la mano una ventana que se está cerrando?
Un hombre de mediana apenas pudo, según una prueba realizada por la Federación de Automóviles de Japón en 2017.
Una mujer joven no pudo con una mano, pero sí con ambas.
Un niño de 8 años no pudo ni con ambas manos.
Hay que tener especial cuidado con los pequeños.
En un caso, un niño perdió un dedo luego de que otro, que jugaba con el interruptor de control de la ventana, lo accionó. Ambos tenían entre 1 y 4 años. (International Press)