Mainichi: “Es hora de que el gobierno lo diga fuerte y claro: Japón es ahora un país de inmigrantes”

Trabajador extranjero en Japón (VICE News / YouTube)

 

Los 3,4 millones de extranjeros que residen en Japón representan el 2,7 % de la población total del país.


El rol de los extranjeros es cada vez mas relevante en un país cuya población y fuerza laboral decrecen año a año.

Japón ya no debe ver a estos extranjeros como simples parches para tapar agujeros (escasez de mano de obra) o aves de paso, sino como inmigrantes.

“Es hora de que el gobierno lo diga fuerte y claro: Japón es ahora un país de inmigrantes”, dice el titular de un editorial en el que Mainichi Shimbun aborda el tema.


El medio japonés destaca los esfuerzos de municipios como el de Oizumi, en la prefectura de Gunma, para ayudar e integrar a la sociedad local a los extranjeros.

En Oizumi, centro de fabricación de coches, el 20 % de sus residentes es extranjero. En la década de 1990 comenzó a atraer a muchos descendientes de japoneses, sobre todo brasileños.

Conscientes de su importancia, las autoridades de Oizumi han contratado personal multilingüe, publican boletines en portugués y otros idiomas, imparten clases de japonés en todas las escuelas de primaria y secundaria públicas, apoyan a las escuelas de idioma privadas y lanzan programas para difundir la cultura y las costumbres japonesas.


Sin embargo, más allá de los esfuerzos de los gobiernos locales, es “imperativo adoptar un enfoque nacional integral”, señala Mainichi.

Eso apunta directamente al gobierno de Japón.


Si bien hace poco se ha ampliado el alcance de la visa de categoría 1 para aumentar el número de trabajadores con habilidades específicas, el gobierno japonés tiene que ir más allá.

Toshihiro Menju, director general del Centro Japonés para el Intercambio Internacional, subraya: “Japón ya no está en posición de tratar la inmigración como un tabú. El gobierno debe dejar clara su postura básica al respecto”.

En esa línea, Mainichi dice: “Japón se está convirtiendo en una sociedad de inmigrantes que simplemente no funcionará sin sus residentes extranjeros. Las políticas del país deben mirar este hecho de frente”.

Para ello también es clave enfrentar los “prejuicios profundamente arraigados en la sociedad japonesa”.

Mainichi pone como ejemplo de víctimas de la discriminación a los kurdos (se estima que hay más de 2.000 residentes kurdos en Japón).

Los ataques contra los kurdos aumentaron de manera considerable en 2023.

En las redes sociales se publicaron mensajes en los cuales les exigían que se fueran de Japón o los llamaban “falsos refugiados”.

Combatir la xenofobia es ineludible para construir una sociedad “donde se reconozcan las diferencias y las personas se respeten entre sí, evitando la división entre japoneses y extranjeros”. (International Press)

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