La «Operación Valkiria” desnuda los altos niveles de corrupción en Perú, por Lily Céspedes

 

Si creíamos que lo visto por todos los peruanos en la salita del SIN de Vladimiro Montesinos en los 90, entregando maletines repletos de billetes a políticos, empresarios, dueños de medios, revelaba altos niveles de corrupción en las más altas esferas del poder, hoy la Operación Valkiria XI Y XII nos dice que estamos frente a un gran avance de la corrupción en todos los estamentos del Estado y que la más mínima sospecha significa que el sindicado debe estar preso, mientras dure el proceso de investigación.


Pero en el Perú no se mide a todos con la misma vara. Para los amigos, los decires de un aspirante a colaborador eficaz deben ser corroborados antes de proceder al allanamiento del inmueble y posterior detención si hay peligro de fuga o riesgo de entorpecer la investigación. Si no tienes amigos en el Ministerio Público, estás sentenciado a probar tu inocencia desde prisión. Así viene actuando la mal llamada justicia en el Perú, destrozando la vida a muchos que están presos en las cárceles sólo porque alguien lo señaló y está a la espera de un juicio para demostrar su inocencia.

Grave es lo que está develando Valkiria a los ojos del mundo. De cómo las ansias por alcanzar el poder hace que se destroce todo el sistema de justicia en el país: el Poder Judicial y la Junta Nacional de Justicia. Para ello se ha tejido toda una red corrupta de infiltrados en el Ejecutivo, Legislativo y Poder Judicial. Casi todos tienen un precio, tienen pecados y han caído en los brazos de la corrupción.

Las delaciones de los colaboradores de la justicia que pretenden librarse de ir a prisión revelan en su declaración fiscal cómo se intercambiaban favores jueces, fiscales, empresarios, congresistas, periodistas, a cambio fuertes sumas de dinero.


Valkiria I, a cargo de la fiscal provisional Marita Barreto, del Equipo Especial contra la corrupción del Poder, desde su inicio colocó a la Fiscal de la Nación suspendida Patricia Benavides como la líder de una organización criminal, que Benavides lo ha negado.

El operativo Valkiria XI y XII con detenciones y allanamientos a 21 inmuebles destapó la pugna que existe por tener el poder y la existencia de topos infiltrados en la oficina de la mismísima fiscal Benavides.

De los siete detenidos por el Equipo Especial contra la Corrupción del Poder en Valkiria XII, el Poder Judicial a liberado a dos porque no representan riesgo de fuga ni peligro procesal. Hablamos de la empresaria Mirtha Gonzales Yep, recordada por pagar una coima de 74 mil soles a Héctor Becerril. A cambio obtuvo la licitación de la planta de tratamiento de residuos sólidos de la municipalidad de Lambayeque por 11 millones de soles. Ahora, la señora buscaría ser colaboradora eficaz cantando todo lo que sabe. Lo propio haría Abel Hurtado, el ex asesor de Patricia Benavides también liberado.


En este escándalo de Valkiria siguen detenidos el capitán PNP de la DIVIAC Jorge Rodríguez Menacho, el ex gerente de Logística de la Fiscalía Jorge Palomino, el ex asesor de Dina Boluarte Miguel Girao y el abogado José Luis Castillo Alba.

Del que se guarda mucho hermetismo y se desconoce su paradero es del periodista Humberto Jara, receptor de los 20 mil soles que habría cobrado por conseguir llevar a Mirtha Gonzáles Yep con el coronel Harvey Colchado, supuestamente para alcanzar unos audios vinculados al hoy preso Jaime Villanueva, ex mano derecha de la Fiscal Benavides, pero lo que buscaba realmente era ver la forma de ayudar a su pareja implicada en este caso de corrupción, José Castillo Alba.


Jara la pasa bien, nadie lo busca ni habla de él. Sin embargo, al que sí trataron como a un delincuente, pero está en libertad fue al director del portal Sudaca Juan Carlos Tafur, que denunció este atropello por parte de la fiscal Marita Barreto, en venganza por publicaciones hechas en su medio periodístico contra ella, aunque sí reconoció haber sostenido reuniones con la Fiscal de la Nación y tener acercamientos con algunos de los detenidos en la operación Valkiria, que eran sus fuentes, pero dijo no haber recibido ninguna coima.

Así las cosas, en el Perú ya no hablamos de un Ejecutivo como el primer poder del Estado, porque a la presidenta la tienen amenazada con meterla presa por las muertes en Ayacucho y los Rolex, lo propio pasa con la mayoría de los congresistas que también tienen sus ‘entripados’ y ni que decir del Poder Judicial donde la máxima autoridad está sometida a una Junta Nacional de Justicia que la ha suspendido en sus funciones sin cumplirse con el debido proceso según denuncia la propia fiscal, y que ahora amenaza con volver a su puesto en junio próximo tras cumplirse el plazo de suspensión.

¿Qué harán los de la Junta Nacional de Justicia, si retorna Benavides? ¿Habrá devolución por todo lo actuado en contra de la Fiscal de la Nación suspendida?

Pues sólo faltan cuatro semanas para tener respuestas a esas interrogantes y que se preocupen los caviares caso Gustavo Gorriti, los fiscales Rafael Vela Barba y José Domingo Pérez, los medios que atacaron con todo a Benavides y los periodistas que la han pasado piola hasta el momento y se llenaron los bolsillos de plata mal habida. Canta Jaime Villanueva para que todo el país conozca la cara de estos corruptos en el poder.

(*) Lily Céspedes Guizado. Periodista independiente, productora, editora de libros. Ha trabajado en RPP y en el programa Panorama de Panamericana TV.

     

*International Press alienta al intercambio de ideas y reflexiones en sus páginas. Sin embargo, el periódico no necesariamente comparte las opiniones de los articulistas que las firman.

 

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