Los residentes extranjeros no tenemos derecho a voto en Japón, ni quienes han vivido únicamente aquí desde su nacimiento ni los que son residentes desde hace décadas.
Entre los extranjeros ya hay muchas personas que nacieron en Japón, crecieron y terminaron sus vidas aquí. Pero por el hecho de ser extranjeros en el registro familiar, las personas que trabajan como los japoneses, pagan impuestos como los japoneses, tienen los mismos valores y forma de pensar que los japoneses y viven políticamente como ellos, no pueden decidir sobre el destino de su ciudad ni del país.
El número de residentes extranjeros en la prefectura de Gunma aumenta año tras año, especialmente en la ciudad de Isesaki, donde vivo. Desde 2020, más del 6% de la población es extranjera. En algunos municipios, la proporción de extranjeros supera el 10%, pero son ciudadanos que no tienen la oportunidad de alzar la voz ante la autoridad local.
Surge una clara diferencia al comparar Japón con otros países en cuanto al sufragio extranjero. En primer lugar, el sufragio difiere entre elecciones nacionales y elecciones locales.
Hay países donde no se otorga el derecho a votar ni a ser elegido en las elecciones nacionales porque éstas involucran muchas decisiones relacionadas con la diplomacia. Puede ser inevitable que personas de los países con intereses particulares puedan entrar en las elecciones y llegar al poder.
Sin embargo, cuando se trata de elecciones locales, muchos países, incluidos los de la UE, otorgan el derecho al voto según el tiempo de residencia y la obtención de la residencia permanente. Creo que la política local es un escenario donde se puede participar para votar por «una vida mejor». En las elecciones locales, donde no hay conflictos de intereses entre naciones, se crean espacios en los que creo que se puede escuchar mejor la voz de toda la gente que vive en la ciudad y acercarse a ella con flexibilidad.
Siempre pensé que crear una ciudad habitable con nuestras propias manos es más probable y rápido que esperar algo llamando a un «gobierno» en el que no podemos participar.
En febrero del año pasado, la ciudad de Isesaki me certificó como una persona clave en la comunicación multicultural. Las personas clave son voluntarios certificados que apoyan a los residentes extranjeros de la ciudad de Isesaki, sirven como puente entre los extranjeros y los japoneses en la comunidad y promueven la comunicación entre los residentes extranjeros. Los ciudadanos y el municipio se unen para pensar y crear juntos en torno a la coexistencia cultural.
Para ser honesto, hasta ahora, no creía que el gobierno local tuviera mucho interés o expectativas sobre los residentes extranjeros. Siempre pensé que crear una ciudad habitable con nuestras propias manos es más probable y rápido que esperar algo llamando a un «gobierno» en el que no podemos participar.
Sin embargo, recientemente, puedo ver que el gobierno está tratando de escuchar las voces de los extranjeros como conciudadanos para entenderlos. A través de esta certificación de persona clave, está siendo posible hacer llegar la voz de los residentes extranjeros al gobierno.
Estoy convencido de que la ciudad de Isesaki será el lugar donde los inmigrantes cooperarán con el gobierno local y lograrán una coexistencia multicultural en el sentido más verdadero.
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