Cuando culminó el periodo de cuarentena de 14 días en el crucero Diamond Princess la semana pasada, las autoridades de Japón autorizaron el desembarco de los pasajeros que habían dado negativo por el nuevo coronavirus y no presentaban síntomas.
Alrededor de 970 personas pudieron salir del barco y retornar a sus casas. El problema es que después se ha detectado el virus en varios de los liberados.
El ministro de Salud de Japón, Katsunobu Kato, reveló que se contactaron con 813 expasajeros del barco y que 45 de ellos tenían ciertos síntomas, como fiebre, informó AFP.
El gobierno solicitó a las 45 personas que acudan a un médico y se realicen la prueba para detectar el COVID-19.
La oposición japonesa criticó al gobierno por no implantar un nuevo periodo de aislamiento para los expasajeros japoneses del barco (como está haciendo, por ejemplo, Estados Unidos con sus ciudadanos).
Si bien las autoridades pidieron a los antiguos pasajeros del crucero que permanecieran en casa después de su desembarco, no impusieron restricciones formales para limitar sus movimientos e impedir una posible propagación del virus. (International Press)
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