Ni un letrero de advertencia en doce idiomas ha impedido que turistas extranjeros coman, beban e incluso anden en patineta en un recinto sagrado. Algunos no jalan la cadena después de usar los baños o dejan chicles en las plantas de los pies de una estatua de Buda.
Los sacerdotes del templo budista Nanzo-in, en la prefectura de Fukuoka, están frustrados por los malos modales de los visitantes procedentes del exterior, informó Mainichi Shimbun.
El templo, que cuenta con una gigantesca estatua de Buda reclinado, de 41 metros de largo y once de alto, atrae a muchos turistas extranjeros.
Un letrero explica que el templo es «un importante lugar de culto» e indica cómo deben comportarse los visitantes.
Ante la mala experiencia con los turistas extranjeros, el templo dejó de aceptar su entrada temporalmente y colocó letreros para indicar que estaba prohibido comer, beber, fumar y hacerse selfies.
El templo volvió a aceptar visitantes extranjeros. Sin embargo, pese a las advertencias, las cosas no han mejorado como se esperaba. Por ello, el templo está considerando impedir el acceso a ciertas áreas.
El sacerdote principal contó que personas que llevaban buen tiempo yendo al templo han dejado de ir porque hay “muchos turistas extranjeros con malos modales».
También ha habido quejas en el sistema de metro de Fukuoka.
Los malos modales de algunos turistas chinos en el extranjero son motivo de discusión en la misma China. La agencia oficial de noticias Xinhua advirtió a los ciudadanos sobre su conducta en el extranjero y les pidió: no tirar basura, no escupir, no saltarse las colas y no hacer ruido en lugares religiosos.
El Ministerio de Turismo de China también ha pedido a sus ciudadanos que se comporten de manera correcta. (International Press)
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