El PBI de Japón caerá en más de 25 % en unos 40 años debido al envejecimiento y el declive de su población, advirtió el Fondo Monetario Internacional.
La situación, sin embargo, no es irreversible. El FMI sostuvo que si Japón realiza reformas estructurales destinadas a mejorar la productividad puede mitigar los efectos adversos, informó Kyodo.
El organismo internacional recomendó a Japón una serie de medidas como promover la incorporación de las mujeres y los ancianos al mercado de trabajo e impulsar el incremento de la fuerza laboral extranjera en sectores que padecen una aguda escasez de mano de obra.
Con respecto a las mujeres, recomendó la adopción de medidas para ayudarlas a conciliar su vida familiar con su empleo, como facilitar el acceso a las guarderías y establecer un trato equitativo en el trabajo (muchas mujeres renuncian a sus empleos tras dar a luz debido a la dificultad de trabajar y criar un niño al mismo tiempo).
También propuso la reducción de todas las barreras arancelarias y no arancelarias con sus socios en el marco de acuerdos de libre comercio con los países de la región Asia-Pacífico y la Unión Europea.
El gobierno japonés ha identificado correctamente las áreas donde debe aplicar una reforma, “pero las brechas persisten y la implementación ha sido lenta», señaló el organismo, según Jiji Press.
El FMI pronosticó que la economía japonesa crecerá un 1,1 % en 2018, pero que disminuirá un 0,9 % en 2019 debido al aumento del impuesto al consumo de 8 a 10 % programado para octubre del próximo año.
La subida del gravamen “podría desencadenar una fuerte contracción macroeconómica», según el FMI.
Para atenuar el impacto negativo, propuso el establecimiento de incentivos fiscales para las compras de automóviles y casas.
La eliminación del impuesto a la adquisición de automóviles contribuirá a compensar en parte los efectos del aumento impositivo, afirmó el organismo. (International Press)
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