Muchos extranjeros detenidos podrían volver de inmediato a sus países de origen si aceptaran ser deportados de Japón. En otro casos, son los países los que se resisten a aceptar a sus ciudadanos de vuelta.
Por ello, el gobierno nipón está evaluando rechazar solicitudes de visado de extranjeros de países que se niegan a recibir a sus ciudadanos con órdenes de expulsión de Japón o que los alientan a rechazar la deportación, según fuentes de Mainichi Shimbun.
Además, está considerando ser más riguroso en el chequeo de las solicitudes de visado de extranjeros de países cuyos ciudadanos tienen un largo historial de abusos del sistema de asilo o de estadía ilegal en Japón.
El número de solicitudes de asilo se disparó después de marzo de 2010, cuando Japón autorizó que los solicitantes pudieran trabajar seis meses después de haber presentado los documentos para ser reconocidos como refugiados. El sistema de asilo muchas veces ha sido utilizado por extranjeros que lo que en el fondo quieren es trabajar en Japón.
Esto empujó al gobierno japonés a deportar desde enero a aquellos cuyas solicitudes de asilo claramente no cumplían los requisitos requeridos para ser reconocidos como refugiados y cuyas visas habían expirado.
Los efectos se han sentido. El número de solicitantes de asilo en el primer semestre de 2018 se redujo por primera vez en ocho años.
Japón tiene previsto crear una nueva categoría de visado en abril próximo para trabajadores extranjeros en al menos cinco campos (construcción, cuidado de personas, hotelería, agricultura y construcción naval) y teme que esto acarree un aumento en el número de extranjeros que permanecen de manera ilegal en el país.
El gobierno tiene planeado presentar un proyecto de ley en la próxima sesión extraordinaria de la Dieta para introducir el nuevo estatus de residencia. (International Press)
Descubre más desde International Press - Noticias de Japón en español
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Be the first to comment