El ministro de Finanzas de Japón, Taro Aso, renunciará a su salario de un año para asumir la responsabilidad por la falsificación de documentos relacionados con acusaciones de amiguismo contra el primer ministro, Shinzo Abe, informó la agencia Kyodo.
Aso devolverá voluntariamente los 1,7 millones de yenes (15.494 dólares) anuales que recibe como ministro. Eso sí, continuará recibiendo los más de 20 millones de yenes (182.301 dólares) que gana como legislador.
El ministro, sin embargo, no renunciará tal como lo exige la oposición.
Los documentos adulterados, un total de aproximadamente 4.000 páginas, están relacionados con la venta en 2016 de un terreno estatal en la prefectura de Osaka, a un precio sospechosamente bajo, a Moritomo Gakuen, un operador de escuelas con vínculos con la esposa de Abe, Akie.
Akie Abe iba a ser la directora honoraria de la nueva escuela construida sobre el terreno.
El ministerio ha sancionado a 20 funcionarios por la destrucción y adulteración de los documentos.
Entre los castigados figura Nobuhisa Sagawa, exjefe de la oficina del ministerio que administra los bienes del Estado.
«La falsificación de documentos del gobierno es inaceptable y extremadamente lamentable», dijo Aso.
El ministro, no obstante, negó que los documentos se hayan alterado por los lazos amicales entre Akie Abe y Yasunori Kagoike, el entonces jefe de Moritomo Gakuen.
De acuerdo con los resultados de una investigación interna llevada a cabo por el ministerio, Sagawa ordenó a sus subordinados «examinar de cerca» los documentos y reescribirlos si había inconsistencias con el testimonio que había dado en el Parlamento.
Sagawa sufrirá un recorte de su jubilación (cuyo monto asciende a cerca de 50 millones de yenes / 455.750 dólares) de 5,13 millones de yenes (46.760 dólares).
Uno de los empleados implicados en la alteración de los documentos se suicidó en Osaka. Hubo funcionarios que se negaron a seguir la orden.
En febrero del año pasado, Abe dijo en el Parlamento que ni él ni su esposa estuvieron involucrados en la venta del terreno y que dimitiría si se probaba lo contrario. El testimonio de Abe, según la investigación, impulsó a los funcionarios a comenzar a destruir los documentos.
El terreno fue vendido a Moritomo Gakuen a 134 millones de yenes (1,22 millones de dólares) a pesar de que su valor ascendía a 956 millones de yenes (8,71 millones de dólares).
Se adujo, al principio, que hubo un descuento en la venta para cubrir el coste de la eliminación de los residuos enterrados en el lugar, pero más tarde se conoció que la cantidad descontada fue mucho mayor de la necesaria para cubrir los gastos de remoción de los residuos.
Abe expresó su deseo de que Aso encabece los esfuerzos para evitar que la situación se repita. (International Press)
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