El cantante español Miguel Bosé llenó esta noche el Auditorio Nacional de la Ciudad de México en el primer concierto de la gira «Estaré 2017», en el que cantó en favor de la paz y en contra de los muros en un país amenazado por las políticas migratorias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Presentando su último álbum «Bosé MTV Unplugged», el intérprete de «Morena Mía» entró al escenario vestido de negro y acompañado de 10 músicos que se deslizaban en las escaleras al ritmo de «Sereno».
Se apagaron las luces cuando, de golpe, el príncipe sereno se tiñó de rojo y movió sus caderas al ritmo de «Duende» y «Nena», enloqueciendo a todos los presentes, que parecían no poder volver a sentarse.
Con la voz quebrada, los ojos delineados de negro y la expresión dura y tierna a la vez, Bosé (1956) anunció que este concierto era el primero «de una era nueva y de una vida nueva».
«He venido a confesarme, pero soy tan casto que no tengo pecados. Tengo algo mucho más jugoso para confesarme. Voy a confesarme con vuestras canciones»..
«He venido a confesarme, pero soy tan casto que no tengo pecados. Tengo algo mucho más jugoso para confesarme. Voy a confesarme con vuestras canciones», afirmó con una sonrisa pícara que insinuaba una falsa inocencia.
Cuando iba a cantar «Nada Particular», el cantante recordó que esta era una canción que escribió en 1992 por la guerra de Yugoslavia, explicó que es un tema que habla de «paz, solidaridad, exilio, esfuerzo e integración» y se declaró «un hombre de paz».
«Pensé que eso estaba pasado y olvidado, pero parece que es un tema que sigue siendo vigente. Hay algo que empeora toda esta situación, que son los tintes rubios. Hay alguien a quien le da por teñirse de rubio y levantar muros», dijo entre los vítores y aplausos del público.
«Quiero un mundo en el que podamos abrir los brazos a alguien que venga de fuera y decirle ‘Vente a construir mi casa y quédate aquí para siempre'», añadió mientras alguien gritaba «¡Abajo el muro!» y el escenario se vestía de blanco para la interpretación de «Nada particular».
Pese a las críticas al color que tiene la melena de Trump, al cantar «Morena mía» Bosé aclaró con voz conciliadora que era una canción dedicada «a todas las mujeres».
Uno de los momentos más emotivos fue cuando el cantante, cuya sobrina Bimba Bosé falleció recientemente, interpretó «Amiga» con el escenario en tonos sepia, tapándose la boca tras emocionarse con la ovación del público cuando reconoció que era una canción dedicada «a una persona que se fue» y que solo ha podido cantar dos veces, una de ellas en este concierto.
Bosé presentó las dos canciones de su nuevo trabajo, la bachata que hizo en colaboración con Juan Luis Guerra, «Dime qué diré», y «Estaré», pero también deleitó a los asistentes con los clásicos y sensuales «Bambú», «Bandido» y «Como un lobo», pieza que terminó con un solo de guitarra electrizante.
Con la mano en el corazón y los ojos marcados por finas arrugas de felicidad, Bosé interpretó «Te amaré» para despedirse de su entregado público, que pudo disfrutar de la voz del cantante y de la melodía de los coros, el bajo, las guitarras, la batería, la percusión, los teclados e incluso de un acordeón.
El artista español ofrecerá dos conciertos más en el Auditorio de la Ciudad de México el 17 y el 18 de febrero, en el Zócalo de la capital el 19, en Monterrey (Auditorio Pabellón M) los días 3 y 4 de marzo, y en Guadalajara (Auditorio Telmex) el 23 de marzo. EFE
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