Estados Unidos no fue rival para los argentinos
Gerard Soler / EFE
Argentina se clasificó este martes para la final de la Copa América Centenario al golear por 0-4 a Estados Unidos en un plácido partido en el que Lionel Messi volvió a marcar y se convirtió en el máximo artillero en la historia de la Albiceleste.
El equipo sudamericano venció con autoridad a un rival gris e inerme, superado en todas las facetas del juego por una Argentina que cumplió el guion.
A casi un año de plantarse en la final de la Copa América de Chile, la Albiceleste tendrá el domingo una nueva oportunidad de lograr un título que le ha sido esquivo desde hace 23 años. Su rival será el ganador de la segunda semifinal que este miércoles jugarán Chile y Colombia.
Messi, con un gol y dos asistencias, lideró nuevamente a Argentina, en la que también marcaron Ezequiel Lavezzi y Gonzalo Higuaín, por partida doble.
Estados Unidos apenas había tenido tiempo para aposentarse sobre el césped del NRG Stadium cuando se encontró con el primer zarpazo argentino. Messi le puso un delicioso pase bombeado a Lavezzi, que cabeceó con suavidad por encima del gigantón Brad Guzan.
El tanto hizo tambalear al anfitrión, incapaz de trenzar más de tres pases seguidos, mientras Argentina seguía a lo suyo y Messi buscaba el gol que le permitiera superar a Gabriel Batistuta como máximo goleador histórico de la selección argentina.
Lo intentó antes de los diez minutos tras una buena jugada colectiva y al cuarto de hora, cuando burló a tres defensas pero disparó a los guantes del cancerbero.
Pasada la media hora de juego Messi alcanzó el récord con una genialidad, uno de esos goles que llevan estampada la firma del delantero azulgrana. Fue un tiro de falta algo lejano y escorado a la izquierda, incómodo para un zurdo.
Ningún problema para Messi, que conectó un zambombazo por el palo del arquero que entró envenenado por la escuadra, demasiado potente y colocado para Guzan.
El equipo dirigido por Jürgen Klinsmann estaba desaparecido e irreconocible, superado por las circunstancias y la avalancha argentina.
Michael Bradley no daba abasto para tanto trajín y no pudo contener a un incisivo Javier Mascherano. Y Graham Zusi y Kyle Beckerman, que entraron en el once por la sanciones a Jermaine Jones y Alejandro Bedoya, mostraron mucha imprecisión y fallaron casi todos los pases que intentaron.
Estados Unidos no tiró ni una sola vez al arco defendido por Sergio Romero y el principal perjudicado por el mal partido de su equipo fue Clint Dempsey, el referente estadounidense, al que no le llegó ningún balón en condiciones.
Argentina liquidó el encuentro al inicio de la segunda parte con el tercer gol. Gonzalo Higuaín culminó un centro de Lavezzi tras una buena primera atajada de Guzan.
Con el partido encarrilado, los contratiempos para Argentina de cara a la final del domingo empezaron a surgir convertidos en lesiones.
Augusto Fernández se retiró por una lesión en el muslo y Lavezzi protagonizó una escalofriante caída por detrás de una valla publicitaria que lo hizo abandonar el terreno de juego en camilla.
La fiesta argentina culminó con el segundo gol de Higuaín, que marcó a placer después de otra asistencia de Messi.
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