Se medirá a Colombia en semifinales
Antonio Martín Guirado / EFE
Chile, con cuatro goles de Eduardo Vargas, se clasificó para las semifinales de la Copa América Centenario, donde se medirá a Colombia, tras endosarle un repaso histórico a México (0-7), que cayó de forma humillante tras 22 partidos seguidos sin conocer la derrota.
El campeón de América habló sobre el campo. De poco sirvió el abrumador dominio tricolor en las gradas del Levi’s Stadium -que registró una asistencia récord-, ni el 1-0 que se llevó México en el amistoso entre ambos conjuntos hace un par de semanas.
La exhibición de Chile fue absoluta. Y Vargas, que vio peligrar su participación en el encuentro por un problema de salud de su madre, vio refrendado su esfuerzo con una actuación inolvidable.
El choque enfrentaba a los dos equipos más ofensivos del torneo, con 45 tiros a puerta de Chile y 43 de su rival, y desde el pitido inicial se notó que ambos conjuntos tenían sed de balón y ganas denodadas de atacar a la yugular a su contrincante.
Los de Pizzi apostaron por presionar muy arriba y así lograron encorsetar a México, a quienes negaron la posesión de balón para imponer un juego muy vertical que dio sus frutos rápidamente en el minuto 9 con un magnífico pase de Vidal que Puch a punto estuvo de convertir de no ser por la barrida de Araujo en el último momento.
Instantes después, Puch se resarció y adelantó a los suyos en el marcador al materializar un rechace de Ochoa al disparo desde fuera del área de Marcelo Díaz. El gol, el primero del delantero del Necaxa mexicano en 11 partidos con la selección, dio más confianza aún a «la Roja» e invadió de dudas a los de Osorio, que tardaron más de 20 minutos en crear peligro por las bandas.
Con el centro de campo sellado por los andinos, México, bloqueado por momentos y sin paciencia ni temple con el balón, apostó por las incursiones de Hirving Lozano y Miguel Layún, además de los chispazos de calidad del «Tecatito» Corona y el «Chicharito» Hernández, pero los sustos no cesaban.
El árbitro anuló un gol de Vargas por fuera de juego en el minuto 37 tras una jugada de muchos quilates de Chile, rompiendo el mecanismo defensivo del tricolor con una precisión y calidad que se convertía en un galimatías para su rival.
Vargas no tardó en vengarse y, tras un regate antológico de Sánchez, se adelantó a Héctor Moreno, controló el balón y, de tiro cruzado, envió a la red el pase de su compañero.
El torrente de juego chileno fue a más en la segunda parte ante un México derrumbado, completamente desconocido.
Arturo Vidal aprovechó un fallo de Héctor Herrera, percutió en el área y la dejó mansa para que Alexis Sánchez subiera el tercero al marcador. Después, con su rival desarmado, llegaron otros tres tantos más de Vargas, protagonista de un extraordinario recital, mientras México se desangraba sobre el césped.
El último de ellos, en el minuto 74, después de unos clamorosos errores defensivos, producto de una grave falta de comunicación y decisión en la zaga. La afición tricolor, después de dedicar improperios contra su propio guardameta, comenzó a desertar el estadio asolada ante lo acontecido.
Se quedaron sin ver el séptimo de Puch en el minuto 88.
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