Centenar de personas protestan en la embajada japonesa en Seúl
La polémica visita del primer ministro japonés, Shinzo Abe, al santuario de Yasukuni, símbolo del imperialismo nipón, deteriorará las relaciones militares entre Seúl y Tokio, aseguró a Efe un portavoz del Ministerio de Defensa surcoreano.
«Sin duda, dañará la cooperación militar entre ambos países», indicó el portavoz en referencia a la visita realizada el jueves por Abe a Yasukuni, un templo considerado en Corea del Sur símbolo del colonialismo y la opresión ejercidos por el Imperio de Japón a principios del siglo XX.
Seúl y Tokio han colaborado en algunas maniobras de defensa en la región y el año pasado negociaron la firma de un acuerdo de intercambio de inteligencia, que al final no se llevó a cabo por la presión social antijaponesa en Corea del Sur.
La acción del jefe de Gobierno nipón ha causado un gran revuelo en Seúl, donde el viernes alrededor de un centenar de personas se concentraron para protestar frente a la Embajada de Japón con pancartas que pedían, entre otras cosas, el boicot a los productos japoneses.
Por su parte, los medios surcoreanos coinciden en analizar que la visita de Abe a Yasukuni será un obstáculo para las relaciones diplomáticas entre ambos países y podría incluso provocar la cancelación de próximos encuentros bilaterales entre altos funcionarios gubernamentales.
Seúl calificó oficialmente como «lamentable» y «anacrónica» la visita realizada horas antes por el presidente japonés a Yasukuni, donde se rinde homenaje a los millones de caídos del Ejército Imperial entre 1853 y 1945, entre ellos 14 notorios criminales de la Segunda Guerra Mundial.
Corea del Sur y Japón ya mantienen diversas disputas, entre ellas la de las islas Dokdo/Takeshima, controladas de facto por Seúl y reclamadas por Tokio, o la de las mujeres coreanas que fueron reclutadas como esclavas sexuales por Japón durante la II Guerra Mundial.
Por su parte, el Gobierno de China, país que décadas atrás también sufrió la colonización japonesa, condenó duramente la acción de Abe, e incluso EEUU la criticó oficialmente al considerar que puede deteriorar las relaciones con sus vecinos.
La visita al santuario fue la primera de un jefe de Gobierno japonés desde 2006, cuando lo hizo el entonces primer ministro Junichiro Koizumi. (EFE)