El animal es símbolo de lealtad en Japón
Tokio inauguró esta semana una exposición que conmemora el 90 aniversario del nacimiento de «Hachiko», el perro que enamoró a Japón por la fidelidad que mostró a su dueño, al que esperó a diario, incluso años después de muerto, a la salida de la estación de Shibuya.
La actitud de «Hachiko», considerado un ejemplo de lealtad canina, es ampliamente reconocida por la sociedad nipona, que lo considera un referente nacional y que para recordarle erigió frente a la estación una estatua de bronce en 1934, un año después de su muerte, y un mural en el lugar donde esperaba a diario a su dueño.
«Hachiko», un perro de raza Akita, pertenecía a Hidesaburo Ueno, un profesor de ingeniería agrónoma de la Universidad de Tokio que murió en 1925 tras sufrir una hemorragia cerebral mientras impartía una de sus clases.
Sin embargo, el fiel can continuó acudiendo todos los días durante 9 años a la estación de Shibuya a la hora en la que llegaba el tren que siempre traía de vuelta a Ueno.
Cuando el diario Asahi recogió por primera vez su historia en 1932, «Hachiko» se convirtió en toda una celebridad, y así los usuarios de la estación de Shibuya comenzaron a dar de comer y a atender al can a diario.
La exposición, que se puede visitar en el Museo de Folclore y Literatura del distrito de Shibuya hasta el 13 de enero, muestra una serie de fotografías de «Hachiko» con su dueño y con varios de aquellos tokiotas que se encargaron de su cuidado después de fallecer su amo.
El legado de Hachiko es tal que su cuerpo disecado se exhibe en el Museo Nacional de Ciencias Naturales del distrito tokiota de Ueno.
Además, en el Cementerio de Aoyama, uno de los más emblemáticos de la capital nipona, se levantó un monumento en su honor junto a la tumba de su dueño.
La historia de «Hachiko» no paso desapercibida para la industria cinematográfica de Hollywood, que la utilizó para la película «Hachiko: A Dog’s Story», protagonizada por el estadounidense Richard Gere. (EFE)