Por Ana Burgueño/EFE
En el nuevo «El Bulli» no habrá «reglas ni calendario ni nada fijo». La «libertad creativa» será el motor del proyecto del cocinero español Ferran Adrià, que verá la luz en 2014 y en el que «comer será secundario».
Adrià ha pasado hoy por el congreso internacional San Sebastián Gastronomika, en el norte de España y, tras su clase maestra al público reunido en el Palacio Kursaal, ha dicho en una entrevista a Efe que su «misión» y la de su equipo será «crear».
Y es que con «El Bulli» transformado se acabará el concepto de restaurante y nacerá un espacio a modo de taller para la experimentación, un «sueño hecho realidad» para alguien siempre dispuesto a ir más allá y que huye de lo previsible.
«Estamos preparando un escenario donde el 99% será la libertad creativa. Habrá años en los que todo el equipo se puede ir a Japón dos meses», destaca el cocinero, que reconoce que necesitarán un «feed-back», a alguien que sea testigo de lo que hacen, lo pruebe y lo cuente.
Aunque de la labor de difusión a gran escala se hará cargo internet, que llevará diariamente la labor de su equipo a millones de personas del mundo entero, todo un estímulo para este restaurador.
«Hemos decidido que sea así porque, si no, nos podíamos relajar. Va a estar colgado a tiempo real y nos encanta esa presión creativa. Va a ser como estar en un plató», afirma.
Será un trabajo canalizado desde una fundación privada, que no esconde nada. Su socia Juli Soler y él no la han creado para evadir impuestos, precisa, sino porque les ha «apetecido» que sea así.
«¿Quién vendrá? ¿Cuándo? Me da igual. Iremos viendo y cada año será diferente. Si salimos del restaurante es para salir de la cocina, nos iremos reinventando», añade Adrià, al que no le preocupa que después le copien la idea, porque se han embarcado en esta aventura «para compartir».
«El Bulli», el actual, dirá adiós el 30 de julio del próximo año, pero él insiste en que no se cierra, únicamente «se transforma», de la mano de las nuevas tecnologías como soporte y con la incógnita de lo que depararán en los próximos tres años.
«No sabemos cómo van a ser los nuevos ordenadores», dice Ferran Adrià, al que su acuerdo con Telefónica le va a permitir estar en contacto «con el I+D del I+D» de esta empresa, los técnicos que tratan de averiguar ya lo que ocurrirá dentro de unas décadas.
Lo que sí tiene claro es que «el futuro de la cocina creativa es talento creativo». «Ni tendencias ni nada. Eso es para adornar y seguir hablando. Si surge un talento bestial creativo en Hungría, ese país será importante para la gastronomía», añade.
El cocinero advierte de que no esconde ningún secreto y dice que de «El Bulli» del futuro ya está todo dicho y que lo que hará en enero en Madrid Fusión es ilustrar con imágenes lo que ya se conoce.
Es consciente del interés que suscita fuera y dentro de la profesión, se considera un privilegiado, pero también piensa que «la gente necesita descansar de Ferran Adrià», que en los próximos dos años orientará su labor divulgativa fuera de España.
Hoy, los asistentes al congreso, compañeros de profesión de toda España, han seguido fascinados su ponencia, y eso le da una gran satisfacción porque si sigue creando es «por ellos».
«Somos la punta de la pirámide (los grandes nombres de la gastronomía), pero nuestro sector mueve más de un millón de empleos. Esto no es ningún juego», recalca.
Confiesa que quizá en lo que se han equivocado él y sus colegas de la alta cocina ha sido «en querer llegar a las casas con un discurso demasiado complejo».
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