El sistema judicial japonés se prepara para un cambio histórico en su código penal vial. El «drifting» o derrape intencional será finalmente incluido como una conducta punible bajo el cargo de conducción peligrosa con resultado de muerte o lesiones.
Esta reforma busca cerrar una dolorosa laguna legal que permitía que conductores temerarios, causantes de accidentes graves, fueran juzgados meramente por negligencia debido a la falta de una normativa específica.
El Ministerio de Justicia presentará el esquema de la reforma a la comisión del Consejo Legislativo, respondiendo a una demanda social de justicia ante actos de conducción de extrema malicia.
EXTREMADAMENTE PELIGROSO, PERO SIN REGULACIÓN
La impotencia de la ley actual quedó patente en un fallo del Tribunal Superior de Osaka en julio de 2015. El tribunal reconoció que la conducción que provocó un accidente era «obviamente peligrosa», pero rechazó la aplicación del cargo de conducción peligrosa argumentando que «no existía una disposición legal» que cubriera específicamente el drifting.
El caso en cuestión se remonta a la mañana del 24 de septiembre de 2013, en la ciudad de Yawata, prefectura de Kioto. Un joven de 18 años, realizando maniobras de drifting, perdió el control de su vehículo, chocó contra una barandilla y embistió una fila de escolares, hiriendo a cinco niños de primaria.
LA INJUSTICIA «BAJA LA VELOCIDAD»
La fiscalía intentó argumentar que el coche estaba en una situación de «alta velocidad difícil de controlar», uno de los requisitos para la conducción peligrosa. Sin embargo, el Tribunal de Distrito de Kioto y posteriormente el Tribunal Superior, determinaron que el vehículo no superaba los 40 km/h, desestimando la acusación de alta velocidad.
El resultado fue una condena por conducción negligente, con una pena mucho menor. La disparidad en las penas es abismal: el delito de conducción negligente tiene un máximo de 7 años de prisión, mientras que la conducción peligrosa puede castigarse con hasta 20 años.
Las estadísticas respaldan la necesidad de cambio. De 15 casos juzgados entre enero de 2014 y marzo de este año relacionados con drifting, solo en tres se logró aplicar el cargo de conducción peligrosa. La mayoría de los expertos y fiscales coinciden en la necesidad de una cláusula que ataque frontalmente la malicia de estas maniobras.
El desafío ahora es redactar la ley cuidadosamente. Se busca castigar el derrape intencional (acelerar y girar para deslizar los neumáticos) sin criminalizar situaciones accidentales, como resbalones en nieve o maniobras de evasión ante obstáculos. (RI/AG/IP/)
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