La coalición gobernante de Japón se encuentra a punto de recuperar su mayoría en la Cámara Baja del Parlamento, un movimiento político crucial que allanará el camino para la aprobación de los próximos presupuestos bajo el gobierno de la primera ministra, Sanae Takaichi.
La recuperación de la mayoría, perdida el año pasado por la ruptura entre el Partido Liberal Democrático (PLD) y su antiguo socio Komeito, se logró mediante la incorporación inminente de tres legisladores independientes al grupo parlamentario del PLD. Con este apoyo, la alianza entre el PLD y el Partido Innovación de Japón (Nippon Ishin no Kai) superará por un margen mínimo el umbral necesario.
MANIOBRAS DE ALTO NIVEL
Tras la elección de Takaichi como nueva líder del PLD en octubre, la cúpula del partido intensificó las negociaciones para reconstruir su mayoría. El vicepresidente del PLD, Taro Aso, fue clave al buscar el apoyo de estos legisladores independientes en la votación parlamentaria para primer ministro, lo que ayudó a Takaichi a ganar en la primera ronda. Los altos funcionarios continuaron cortejando a estos independientes tras la elección para consolidar el apoyo.
La mayoría en la Cámara Baja tiene una importancia constitucional decisiva para la estabilidad gubernamental. La Constitución de Japón estipula que, una vez que los presupuestos son aprobados por la Cámara Baja, se convierten automáticamente en ley 30 días después de ser remitidos a la Cámara Alta.
El control de la Cámara Baja facilitará la aprobación del presupuesto suplementario del año fiscal 2025, cuyas deliberaciones están previstas para diciembre, y garantizará que el presupuesto del año fiscal 2026 sea promulgado antes de que finalice el año fiscal 2025 (si se aprueba antes del 2 de marzo).
Además, el control de la Cámara Baja proporciona una sólida defensa contra las mociones de censura, cuya amenaza es a menudo utilizada por la oposición para forzar concesiones o dimisiones.
MAYORÍA AJUSTADA Y DESAFÍO EN LA CÁMARA ALTA
A pesar de esta victoria política, la navegación no será del todo fluida para el Gabinete de Takaichi. La nueva mayoría en la Cámara Baja será extremadamente estrecha y cualquier deserción individual pondría en riesgo su control. Esto obliga al liderazgo del PLD a seguir cultivando a los independientes.
El principal desafío, sin embargo, reside en la Cámara Alta, donde la coalición aún está seis escaños por debajo de la mayoría. La superioridad constitucional de la Cámara Baja solo se aplica a los presupuestos; para el resto de la legislación, se requiere el apoyo mayoritario de ambas cámaras. (RI/AG/IP/)
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