La Policía de Tailandia se ha sumado a una investigación internacional tras conocerse que una niña tailandesa de 12 años fue obligada a realizar servicios sexuales en un local de masajes en Tokio. El caso, revelado por las autoridades japonesas esta semana, ha generado preocupación en Bangkok, donde se confirmó que ambos países ya están colaborando para identificar a todos los implicados.
El Director del Centro de Lucha contra la Trata de Personas de la Policía tailandesa, declaró a Fuji TV que “Japón se ha comunicado con nosotros” y aseguró que este tipo de situación “es la primera vez que ocurre”, añadiendo que la institución revisa “a los posibles responsables y las pruebas disponibles”. Las autoridades tailandesas señalaron también que la madre de la menor no reside actualmente en Tailandia, sino en otro país que no ha sido revelado.
IMPACTO EN TAILANDIA
La noticia tuvo amplia repercusión en los medios tailandeses, que describieron el caso como “una historia trágica de una niña tailandesa”, destacando la gravedad de que una menor de esta edad haya sido trasladada hasta Japón para ser explotada sexualmente. Las fuerzas de seguridad de Tailandia indicaron que investigan cómo salió la niña del país, quién facilitó su traslado y si detrás del caso hay redes de trata transnacionales.
El seguimiento del caso avanzó hoy, cuando el Comando Central de Investigación de la Policía tailandesa informó que había recibido notificación formal del Ministerio de Relaciones Exteriores.
El jefe de la División de Lucha contra la Trata de Personas, el general de policía Withaya Srisuphab, explicó que el caso “encaja plenamente en los parámetros de trata de personas, al tratarse de explotación con beneficio económico a costa de una menor”. Precisó que la niña, actualmente bajo protección de las autoridades japonesas, debe pasar por los procedimientos de entrevista y clasificación de víctimas antes de su repatriación.
Withaya afirmó que, una vez finalizados los procesos en Japón, la niña será trasladada a Tailandia, donde la Policía tailandesa la recibirá oficialmente. Señaló que se coordinará con el Ministerio de Desarrollo Social y otras agencias para ampliar la investigación y proceder penalmente contra todos los implicados, incluidos ciudadanos tailandeses y, eventualmente, ciudadanos japoneses que hubieran colaborado con el delito.
LA PISTA DE LA MADRE DE LA MENOR
La prensa tailandesa dijo que existen sospechas de que la madre habría «vendido» a su menor hija a una mafia de la prostitución en Japón.
La niña entró a Japón a finales de junio con su madre utilizando una visa de corta duración para hacer turismo durante 15 días, pero después de que abandonaran el aeropuerto, se dirigieron a un salón de masajes ubicado en un edificio del distrito de Bunkyo en Tokio, donde la mujer le enseñó a su hija a ofrecer servicios sexuales. Al día siguiente, su madre desapareció y abandonó el país en julio. La joven durmió en la cocina del local y atendió a unos 60 clientes durante aproximadamente un mes.
Fuentes en Tokio dijeron que el gerente del establecimiento cobró un importe de casi 630.000 yenes por la explotación de la niña y que parte de ese dinero fue transferido a una cuenta vinculada a la madre.
En agosto, la niña fue trasladada a una tienda erótica en otra prefectura hasta que en septiembre solicitó ayuda a la Oficina de Inmigración de Tokio, donde quedó retenida. Según informes de la Policía Metropolitana citados por Yomiuri, la menor declaró: «Pensé que mi familia no podría mantenerse, así que no tuve más remedio que aguantar. Quiero volver y cursar la secundaria». (RI/AG/IP/)
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