Seis partidos japoneses —entre ellos el gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) y los opositores Komeito, Nippon Ishin no Kai, Rikken Minshuto, Kokumin Minshuto y el Partido Comunista — alcanzaron hoy un acuerdo para eliminar la antigua tasa temporal (kyu zantei zeiritsu) del impuesto a la gasolina, fijando su abolición para el 31 de diciembre.
Esta medida, considerada la primera fase del paquete contra el aumento de precios promovido por la administración de la primera ministra Sanae Takaichi, tendrá un impacto directo en el bolsillo de los consumidores. La eliminación de esta tasa, que actualmente asciende a 25,1 yenes por litro de gasolina, se traducirá en una bajada de unos 15 yenes por litro en el precio minorista (excluyendo el impacto del impuesto al consumo). Por ejemplo, si el precio actual es de 175 yenes, se espera que descienda a unos 160 yenes.
El acuerdo también incluye la eliminación de la tasa temporal para el impuesto al diésel (keiyu), que es de 17,1 yenes por litro, aunque esta se hará efectiva a partir del 1 de abril del próximo año.
SE APLICARÁ UN SUBSIDIO PUENTE DESDE NOVIEMBRE
Para garantizar la reducción de precios hasta la abolición formal del impuesto, los partidos pactaron una medida de transición que aumenta progresivamente los subsidios existentes. El subsidio subirá a 15 yenes por litro a partir del 13 de noviembre (desde los 10 yenes actuales); luego, aumentará a 20 yenes por litro a partir del 27 de noviembre, y finalmente, alcanzará los 25.1 yenes a partir del 11 de diciembre, equiparándose a la tasa que será eliminada.
Aproximadamente tres semanas después, el 31 de diciembre, se eliminarán los subsidios para la gasolina y entrará en vigor la abolición de la tasa. En el caso del diésel, los subsidios se incrementarán al mismo ritmo, llegando a 17,1 yenes el 27 de noviembre, y luego se mantendrán hasta la abolición de la tasa el 1 de abril del año siguiente.
JAPÓN SE LANZA A LA BÚSQUEDA DE FONDOS
La abolición de estas tasas temporales, introducidas inicialmente en 1974 durante el período de alto crecimiento económico para financiar la construcción de carreteras, se estima que generará una reducción de ingresos fiscales de un billón de yenes anuales por la gasolina y 500 mil millones de yenes por el diésel. Tras casi medio siglo de vigencia, su eliminación plantea un serio reto fiscal.
Los seis partidos acordaron buscar fuentes de ingresos alternativas antes de fin de año, incluyendo la reforma del gasto público, la revisión de medidas fiscales corporativas especiales y el aumento de impuestos a los ultra-ricos. También se comprometieron a asegurar una fuente de financiación estable para la conservación de infraestructuras como carreteras, con un plazo de aproximadamente un año.
Mientras se asegura esta financiación estable, el acuerdo enfatiza que el gobierno «no dependerá fácilmente de la emisión de bonos nacionales», y cubrirá el déficit temporalmente con ingresos no fiscales. (RI/AG/IP/)
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