
Un oso de aproximadamente un metro de longitud irrumpió en una residencia de ancianos en Minamiaizu, Fukushima, provocando la rotura de ventanas y otros daños materiales, aunque sin ocasionar lesiones entre los usuarios ni el personal del centro. Tras el incidente, la policía ha pedido a la población extremar precauciones, ya que se desconoce el paradero del animal.
Según la policía, alrededor de las 6:30 de la mañana del sábado, un trabajador del centro detectó la presencia del oso en el exterior de la instalación ubicada en la zona de Tabe, Minamiaizu. Pocos minutos después, el animal rompió una de las ventanas e ingresó al edificio. El personal y los seis residentes que se encontraban en el lugar se refugiaron de inmediato en sus habitaciones y cerraron las puertas, evitando cualquier accidente.
Cuando las autoridades llegaron al lugar, el oso ya había abandonado las instalaciones, probablemente a través de la puerta principal que también resultó dañada. Desde entonces, se desconoce su ubicación, y las autoridades realizan patrullajes en los alrededores, además de recomendar a los vecinos mantener precaución ante posibles avistamientos.
El gobierno local implementó medidas para ahuyentar al animal, incluyendo la colocación de trampas en el bosque cercano y la ribera del río, así como la detonación de fuegos artificiales para disuadir su regreso. Este hecho se enmarca en un incremento histórico de avistamientos de osos en la prefectura de Fukushima, motivo por el cual el pasado 11 de septiembre las autoridades emitieron una alerta de aparición de osos negros en las regiones de Nakadori y Aizu. (International Press)
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