El número de trabajadores extranjeros en Japón se ha multiplicado por más de cuatro en siete prefecturas durante la última década, consolidando su papel como pieza clave para sostener las economías locales con escasez de personal, según un estudio del diario Nikkei basado en datos gubernamentales.
La mayor alza se registró en Miyazaki, donde el empleo de personas nacidas en el extranjero creció alrededor de un 360 % entre 2014 y 2024. La proporción pasó de uno en cada 294 trabajadores en 2014 a uno en cada 63 en 2023. Le siguieron Kumamoto y Wakayama, también en el oeste, y Aomori, en el norte. Kagoshima, Okinawa y Fukushima también experimentaron incrementos superiores a cuatro veces en comparación con hace una década.
En Miyazaki y Aomori, el crecimiento estuvo ligado principalmente a la agricultura y la pesca. “Cuanto más despoblada está una zona de japoneses nativos, más aprendices técnicos y trabajadores cualificados específicos hay”, explicó Makoto Kato, investigador principal de Mitsubishi UFJ Research and Consulting. “La presencia de extranjeros se percibe cada vez más fuera de las grandes ciudades”, añadió.
CONSTRUCCIÓN Y CUIDADOS
Según el estudio, basado en reportes del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar y en encuestas laborales del Ministerio del Interior y Comunicaciones, los trabajadores inmigrantes son ahora esenciales en toda la cadena productiva: desde la cosecha y el procesamiento de productos hasta el transporte, la atención al cliente y el comercio minorista.
El sector de la construcción registró el mayor aumento, con un crecimiento de más de nueve veces en una década. En salud y servicios de asistencia social —incluyendo residencias de ancianos— el número de extranjeros se multiplicó por ocho. En la pesca, el alza superó las seis veces.
En conjunto, la fuerza laboral extranjera casi se triplicó en todo el país entre 2014 y 2024. La hostelería y la restauración presentan la mayor proporción de extranjeros, uno de cada 15 trabajadores, mientras que en la manufactura la proporción es de uno en cada 17.
TOKIO, AICHI Y GUNMA A LA CABEZA
Tokio concentra la proporción más alta de trabajadores extranjeros, uno de cada 14, impulsada por la gran presencia de universidades y escuelas de japonés que atraen a estudiantes internacionales con empleos a tiempo parcial. Aichi y Gunma le siguen, con uno de cada 18 empleados extranjeros, en gran parte brasileños de ascendencia japonesa.
La población japonesa nativa se redujo por decimosexto año consecutivo, según datos oficiales publicados la semana pasada. En contraste, la población extranjera creció un 11 % interanual hasta alcanzar 3.677.463 personas al 1 de enero, el nivel más alto desde que se tienen registros comparables en 2013.
El gobierno proyecta aceptar hasta 820.000 trabajadores cualificados específicos en los próximos cinco años, hasta marzo de 2029. En 2027, el nuevo programa “Employment for Skill Development” reemplazará al actual sistema de aprendices técnicos. Los poseedores del estatus de “Trabajador Cualificado Específico 2” podrán renovar indefinidamente su estadía y traer a sus familias.
RETO DE INTEGRACIÓN Y LECCIONES DEL PASADO
En algunas zonas con grandes comunidades de inmigrantes ha habido fricciones con residentes locales, y la política migratoria se convirtió en un tema clave antes de las elecciones a la Cámara Alta del mes pasado.
“Cuando en la década de 1990 hubo una llegada masiva de descendientes de japoneses a zonas industriales, ¿qué desafíos se enfrentaron y qué medidas se tomaron? Los gobiernos nacional y locales deben identificar esos casos y prepararse”, dijo Kato al pedir el aprovechamiento de las experiencias aprendidas con la inmigración nikkei. (RI/AG/IP/)
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