
El mercado japonés de autos importados está cambiando, y Suzuki Motor se posicionó como el líder en ventas en abril, superando por primera vez a marcas de lujo como Mercedes-Benz y BMW. Este giro se debe principalmente al éxito de los modelos SUV fabricados en India, una estrategia que refleja cómo la industria se adapta a los nuevos desafíos económicos y logísticos.
Según datos de la Asociación de Importadores de Automóviles de Japón, Suzuki vendió 3.990 unidades importadas en abril, 83 veces más que en el mismo mes del año anterior. Mercedes-Benz y BMW quedaron detrás, con 3.202 y 2.575 unidades, respectivamente.
El impulso vino con el lanzamiento del Jimny Nomade de cinco puertas, producido en India. El modelo, esperado por años, recibió alrededor de 50.000 pedidos en solo cuatro días tras abrirse la preventa el 30 de enero. Suzuki también comercializa en Japón el Fronx, otro SUV compacto producido en India, concebido como un modelo estratégico global que ya se exporta a más de 70 países.

Fabricar en India permite a Suzuki reducir costos significativamente, aprovechando una cadena de suministro de alta calidad y bajos costos laborales. Además, el presidente Toshihiro Suzuki destacó la mejora en los niveles tecnológicos de producción en India.
La empresa planea convertir India en su base principal de exportación hacia Japón, Europa y África, con una meta de producción anual de 4 millones de unidades para 2031 y una inversión prevista de 1,2 billones de yenes (unos 8.300 millones de dólares).

Suzuki no está sola. Honda también aumentó sus ventas de autos importados en un 65% entre enero y abril, alcanzando 16.720 unidades. Su modelo WR-V, fabricado en India, ha impulsado este crecimiento.
Las ventas totales de autos japoneses importados crecieron un 33% interanual en el mismo período, con 35.269 unidades, y podrían igualar el récord histórico de 107.092 unidades alcanzado en 1995.
La tendencia responde, en parte, a los riesgos de invertir en producción dentro de Japón, donde la baja natalidad limita las perspectivas de crecimiento. Además, la presión internacional, especialmente desde EE. UU., impulsa a los fabricantes japoneses a reforzar su presencia en el exterior.
Aun así, Toyota mantiene su compromiso de fabricar 3 millones de vehículos anualmente en Japón. Su presidente, Koji Sato, reafirmó este objetivo como una apuesta clave para la marca. (RI/International Press)
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