El Producto Interno Bruto (PIB), conocido internacionalmente como Gross Domestic Product (GDP, por sus siglas en inglés), es la medida más usada para evaluar la economía de un país. Se trata del valor total de los bienes y servicios producidos dentro de un país durante un período determinado, y sirve como el indicador clave de su poder económico.
El PIB refleja el tamaño y la salud de una economía. Su variación en el tiempo —es decir, su crecimiento o retroceso— permite conocer si un país está expandiéndose o entrando en recesión. De hecho, cuando el PIB cae durante dos trimestres consecutivos en términos reales (ajustados por inflación), suele considerarse una señal técnica de recesión.
Además de ser útil para entender la situación interna de una economía, el PIB permite comparar el poder económico entre países, ya que todos los gobiernos lo calculan con base en normas internacionales comunes.
Según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para 2024, Japón ha caído al cuarto lugar en el ranking de las mayores economías del mundo, medido por su PIB nominal. Esta es una caída significativa para un país que fue la segunda economía mundial durante décadas. La clasificación actual es:
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Estados Unidos – 29,18 billones de dólares
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China – 18,75 billones de dólares
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Alemania – 4,66 billones de dólares
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Japón – 4,03 billones de dólares
La pérdida de posiciones refleja el estancamiento del crecimiento japonés, agravado por la disminución de la población y una demanda interna limitada. En 2010, Japón fue superado por China, y en 2023 perdió el tercer lugar frente a Alemania.
¿Podría Japón mejorar los datos de su economía? Actualmente, hay un debate global sobre cómo actualizar el cálculo del PIB para adaptarlo a la economía digital. Esto incluiría nuevas formas de medir el valor generado por servicios digitales, datos y plataformas tecnológicas. (RI/AG/IP/)
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