Tokio acepta el fallo por el caso del recién nacido intercambiado en 1958

El gobierno metropolitano de Tokio anunció que no apelará el fallo judicial emitido el pasado 21 de abril por el Tribunal de Distrito de Tokio en un caso histórico de intercambio de recién nacidos ocurrido en 1958. La sentencia ordena a las autoridades metropolitanas investigar el paradero de los padres biológicos de Satoshi Egura, quien fue entregado por error a una familia distinta al nacer en el hospital público Sumida Saniin, cerrado en 1988.

La gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, declaró en conferencia de prensa que su administración ha decidido acatar el fallo sin presentar apelación. “Expreso mis más profundas disculpas por el inmenso dolor causado. El señor Egura ha sufrido durante muchos años. Comprendemos plenamente su situación y la de su madre adoptiva, quien ya es de edad avanzada”, expresó Koike visiblemente conmovida.

El caso ha generado una fuerte reacción pública, ya que simboliza tanto un drama humano como una falla institucional. El Tribunal de Distrito reconoció por primera vez que el derecho a conocer el origen biológico —el llamado «derecho a conocer los orígenes»— tiene valor legal, y obligó al gobierno metropolitano a realizar una investigación oficial para localizar a los padres biológicos de Egura. Koike respaldó ese criterio al afirmar: “El derecho a conocer los orígenes es importante. He ordenado a las dependencias correspondientes que inicien la investigación de inmediato, conforme al fallo”.

La gobernadora, sin embargo, también reconoció la complejidad del tema. “En cada caso hay circunstancias particulares y sentimientos encontrados entre las partes involucradas. Es un asunto muy delicado”, añadió. Además, hizo un llamado al gobierno nacional para que impulse un debate legislativo urgente sobre este derecho. “Todavía no existe un marco legal claro que determine cómo debe manejarse el derecho a conocer los orígenes. El país necesita abordar esta cuestión sin demora”. (RI/AG/IP/)