El Servicio Meteorológico de Japón ha advertido que, hasta el 10 de enero, el país experimentará una intensa ola de frío que afectará principalmente a la costa del Mar de Japón. Aunque las nevadas más significativas se esperan en áreas montañosas, Tokio podría registrar nieve durante el domingo 12 de enero, justo en el fin de semana largo que precede al Día de la Mayoría de Edad.
La llegada de la nieve no solo complica el tránsito vehicular, sino que también incrementa el riesgo de caídas para los peatones. Caminar en calles cubiertas de nieve o hielo puede resultar peligroso si no se toman las precauciones adecuadas. Una técnica ampliamente recomendada para evitar resbalones es el conocido “paso del pingüino”.
¿En qué consiste el caminar como un pingüino? Esta técnica, promovida incluso por autoridades japonesas, consiste en dar pasos pequeños, mientras se avanza lentamente.
Además, hay que distribuir el peso correctamente caminando con el centro de gravedad ligeramente inclinado hacia adelante y apoyando toda la planta del pie en el suelo.
También se debe usar calzado adecuado con suelas antideslizantes, como botas de goma con alta fricción.
El objetivo es evitar apoyar el peso del cuerpo en puntos pequeños, como el talón o los dedos del pie, ya que esto incrementa las probabilidades de perder el equilibrio.
PRECAUCIONES ADICIONALES
Con el estilo de caminar, se recomienda lo siguiente:
– Usar guantes y gorros, no solo para protegerse del frío, sino también para mitigar posibles lesiones en caso de caídas.
– Evitar llevar las manos en los bolsillos mientras se camina, ya que esto dificulta mantener el equilibrio y amortiguar una posible caída.
– Mantenerse alerta en zonas especialmente resbaladizas, como pasos de cebra, entradas de aparcamientos, estaciones de autobús y pendientes.
– Observar los techos para evitar accidentes con nieve o hielo que puedan caer, sobre todo en días cálidos tras una nevada.
LUGARES DE MAYOR RIESGO
El Servicio Meteorológico ha identificado áreas donde las caídas son más frecuentes:
– Las líneas blancas de los pasos de peatones, que pueden formar una fina capa de hielo.
– Entradas de estacionamientos y gasolineras, donde el tránsito constante pule el hielo.
– Bordes de las aceras y pendientes, especialmente al descender.
– Los tramos sin calefacción en carreteras equipadas con sistemas de deshielo, donde pueden formarse desniveles peligrosos. (RI/AG/International Press)
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