La muerte de Miho Nakayama, reconocida actriz y cantante japonesa, ha dejado a la sociedad nipona sumida en la sorpresa y el luto. Su cuerpo fue hallado el pasado viernes 6 de diciembre en la bañera de su apartamento en Tokio alrededor del mediodía. Tenía 54 años.
Nakayama, una figura icónica en la cultura popular japonesa desde los años 80, fue encontrada sin signos de vida por un miembro de su equipo, quien alertó a las autoridades tras no lograr localizarla en un encuentro previamente agendado en la estación de Shinagawa, donde debía partir hacia un concierto en Osaka esa noche.
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Algunos medios informaron erróneamente que Nakayama había mantenido contacto con su equipo mediante la aplicación LINE hasta las 7:00 de la mañana del día 6. Sin embargo, una investigación del diario Sponichi Annex confirmó que el último mensaje de Nakayama fue un correo electrónico enviado a las 2:30 de la madrugada, al que su receptor no respondió hasta despertar horas después. A las 7:00, el equipo intentó comunicarse nuevamente, pero los mensajes no fueron leídos.
Según fuentes policiales, no se encontraron notas, medicamentos ni indicios de violencia en la escena, y la puerta del apartamento estaba cerrada. Aunque se ha descartado una posible intervención de terceros, las autoridades investigan la causa exacta de su muerte, incluyendo hipótesis como un posible ahogamiento o un caso de shock térmico en la bañera, un fenómeno común en Japón durante el invierno. Los resultados de la autopsia se esperan en los próximos días.
La noticia ha impactado especialmente debido al momento de su carrera. Nakayama estaba inmersa en varios proyectos profesionales. En enero próximo estaba prevista su participación en el drama de Fuji TV Nihon Ichi no Saitei Otoko y como invitada en Kaseifu no Mitazono, de TV Asahi. Además, planeaba una gira nacional con motivo del 40 aniversario de su debut en abril de 2025.
Fuentes cercanas a la artista destacan que estaba llena de energía y entusiasmo por sus compromisos laborales. Un colaborador comentó: «Estaba muy emocionada por la celebración del final de su concierto navideño el próximo día 15. Esto es un golpe tremendo para todos los que trabajábamos con ella».
Desde su debut en la década de 1980, Nakayama se consolidó como una de las artistas más queridas de Japón. Su versatilidad la llevó a destacar tanto en la música como en el cine, con actuaciones memorables como en la película Sayonara Itsuka y Love Letter. (RI/AG/IP)
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