Las 379 personas que iban a bordo del avión de Japan AIrlines que chocó con una aeronave de la Guardia Costera de Japón en el aeropuerto de Haneda en Tokio el martes escaparon ilesos.
El avión se incendió. El fuego comenzó en la parte trasera y se extendió rápidamente a toda la aeronave. En una hora se quemó.
Kyodo ha recogido los testimonios de varios pasajeros:
Una mujer de 29 años que estaba en el avión con su esposo y su hija de 2 años recuerda que todos entraron en pánico cuando vieron las llamas y que los niños lloraban y gritaban.
“El humo era tan fuerte que solo pudimos ver nuestros pies después de que los asistentes de vuelo encendieron las luces. Algunos respiraban con dificultad” relata.
Su esposo, desesperado por proteger a su hija, mantenía la cabeza de su hija cerca del suelo para que no respirara el humo. La pareja se animaba mutuamente diciéndose: “Todo estará bien”.
“Nos sentimos aliviados de estar vivos”, dice el hombre.
“Sentí un golpe, como si el avión chocara con algo al aterrizar. Vi una chispa fuera de la ventana y el avión se llenó de gas y humo”, dice una mujer de 35 años.
“Nos ordenaron agacharnos y cubrirnos la boca y la nariz. Incluso después de que (el avión) comenzó a arder, no pudimos salir rápidamente, y sentí que nos llevó más de cinco minutos escapar”, añade con voz temblorosa.
Otra pasajera recuerda: “Hacía cada vez más calor en el avión y pensé que no sobreviviría”.
Los pasajeros salieron del avión deslizándose por toboganes de evacuación.
Cinco de los seis miembros de la guardia costera que estaban en el otro avión murieron. (International Press)