El 24 de agosto Japón comenzó a descargar agua tratada de la central nuclear de Fukushima en el mar, una medida que ha encontrado en China a su más firme opositor.
En agosto, las importaciones chinas de productos marinos procedentes de Japón cayeron un 67,6 % (a alrededor de 20 millones de dólares) con respecto al mismo mes de 2022, informa Kyodo, que cita como fuente a China.
En protesta por el vertido de agua China ha prohibido la importación de los productos del mar de todo Japón.
Ya en julio, incluso antes de ejecutarse, se sintió el impacto del controvertido plan, cuando las importaciones se redujeron un 28,5 %.
En dicho mes las autoridades chinas reforzaron los controles de los artículos japoneses introduciendo pruebas de radiación, ralentizando los procedimientos aduaneros.
La medida causó un descenso significativo de las importaciones chinas de productos pesqueros frescos refrigerados oriundos de Japón.
Japón defiende la legitimidad de su plan, amparándose en un informe del Organismo Internacional de Energía Atómica según el cual el impacto de la liberación de agua de Fukushima será insignificante para las personas y el medio ambiente.
El plan, sostuvo, cumple con los estándares de seguridad internacionales. (International Press)
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