Narumi Taniguchi, una extrabajadora sexual, dio a luz a una niña nacida muerta en enero dentro de un coche.
La mujer de 33 años tomó el cuerpo de la bebé y la dejó en un casillero de monedas cerca de una estación de tren en Osaka.
El cuerpo fue encontrado por personal de la empresa que administra el casillero.
La mujer fue identificada y llevada a juicio.
El lunes, el Tribunal de Distrito de Osaka condenó a la japonesa a dos años de prisión, pena suspendida durante cuatro años, informa el portal News On Japan.
El fallo hizo hincapié en que la mujer pagó para ampliar el tiempo de uso del casillero, lo que revela la malicia de su delito.
“La descomposición del cuerpo fue una ofensa a los sentimientos religiosos que se deben mostrar hacia los muertos”, dijo.
Por eso la condenó.
Sin embargo, aplicó una pena suspendida considerando varios atenuantes: ha mostrado remordimiento, se ha mudado a un centro de asistencia social y ha conseguido un trabajo, en un intento por rehacer su vida.
La mujer, además, no tenía recursos ni nadie a quien pedir ayuda.
El tribunal exhortó a Taniguchi a cambiar de vida, haciendo notar que había tenido 12 embarazos no deseados.
Algunos bebés nacieron muertos y los demás fueron entregados a guarderías.
Los hospitales se hacían cargo de los niños nacidos muertos, declaró la mujer al tribunal.
En el caso de la bebé que dio a luz en enero, dijo que no había acudido a un hospital porque su seguro médico había expirado. (International Press)
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