En septiembre pasado, un japonés de 40 años dejó una carta en la sede de Mindan, una organización que representa a los residentes surcoreanos en Japón, en la prefectura de Tokushima.
En la carta el hombre decía que “purificará” a Mindan con “balas reales” si continuaba con una política contra Japón.
El japonés, acusado de extorsión, fue condenado a 10 meses de prisión suspendida durante cuatro años por el Tribunal de Distrito de Tokushima, informa Asahi Shimbun.
El tribunal dijo que el hombre desarrolló un odio contra Corea del Sur y Mindan, y calificó su acción como “cargada de prejuicios”.
Sin embargo, hizo hincapié en que el condenado ofreció disculpas y expresó su intención de compensar económicamente a la organización surcoreana.
Los abogados defensores alegaron que su cliente está arrepentido de lo que hizo.
El jefe de Mindan en Tokushima había pedido una pena severa. “La sociedad japonesa se pudrirá hasta la médula si no enfrenta este tipo de crimen de odio”, dijo durante el juicio.
Tras el incidente, Mindan instaló una cámara de seguridad en la entrada y su puerta siempre está cerrada con llave. (International Press)