El pasado año fiscal, una joven pareja taiwanesa que compró alrededor de 470 millones de yenes (3,39 millones de dólares) en relojes de lujo y cosméticos libres de impuestos en Japón no llevaba sus compras en el momento de su partida del país.
Los taiwaneses dijeron que habían enviado los artículos por correo internacional. Sin embargo, los nombres y las cantidades de los artículos en el recibo de la factura postal no coincidían con el registro de compra, razón por la cual la aduana dispuso que tenían que pagar 47 millones de yenes (339 mil dólares) en impuestos al consumo.
La pareja se fue de Japón sin pagarlos.
El caso de los taiwaneses fue uno de los 366 reportados en Japón el año fiscal 2022 de extranjeros que compraron artículos exonerados de impuestos sin que cumplieran los requisitos para ello, revela Yomiuri Shimbun.
El monto no pagado ascendió a 2.200 millones de yenes (15,8 millones de dólares). Las autoridades japonesas lograron que 213 extranjeros pagaran alrededor de 70 millones de yenes (505 mil dólares) en impuestos, pero más de 2.100 millones de yenes (15,1 millones de dólares) se quedaron sin cobrar.
Es difícil impedir que un viajero extranjero abandone el país por no pagar el mencionado impuesto. Y cobrarlo una vez que ha dejado Japón es casi imposible.
Para comprar un artículo libre de impuestos, el visitante extranjero debe mostrar su pasaporte. Una vez adquirido, no puede revenderlo en Japón y debe llevarlo consigo cuando abandone el país. Si no lo tiene, está obligado a pagar el impuesto al consumo.
Detrás de la compra irregular de productos exonerados de impuestos está la reventa. Las autoridades japonesas han descubierto que jóvenes extranjeros compran grandes cantidades de artículos de lujo aparentemente para su reventa.
Estos jóvenes serían reclutados por revendedores para que realicen las compras, como si fuera un trabajo de medio tiempo.
Las autoridades japonesas han intensificado en los últimos años el rastreo de los visitantes extranjeros que compran productos al por mayor para interceptarlos en los aeropuertos y verificar que lleven los productos consigo cuando se van del país.
En otros países -dice Yomiuri- los visitantes extranjeros, al momento de hacer una compra, deben pagar el impuesto al consumo correspondiente.
Una vez en el aeropuerto, cuando las autoridades se cercioran de que llevan los productos que han adquirido antes de salir del país, se les devuelve el monto del tributo. (International Press)