Ola de robos de autos deportivos de los 90 en Aichi, Gifu y Mie… 60 casos desde 2022

Skyline GT-R Nismo de 1990

Una serie de robos de autos deportivos japoneses fabricados durante el período de la burbuja están ocurriendo en la región de Tokai. La tendencia se remonta a la aparición del Skyline GT-R en el filme «Rápidos y Furiosos 4» en 2009 que provocó el aumento de su precio a más de 10 millones de yenes.

En septiembre del año pasado, un Nissan Motor «Skyline GT-R» de 1990 propiedad de un médico de unos 50 años fue robado de un estacionamiento de varios pisos en Naka-ku, Nagoya.


Dos hombres fueron arrestados en relación al caso, pero el coche aún no ha sido encontrado. Uno de ellos fue acusado de robar otro GT-R por valor de unos 8 millones de yenes.

En 2022 la policía de la prefectura de Aichi confirmó el robo de 54 autos deportivos y otros seis casos en las vecinas prefecturas de Gifu y Mie.

el precio del GT-R «BNR34» fabricado en los 90’s fue de 7 millones de yenes en 2019, pero aumentó a 12 millones en 2022. 

Según la policía de la prefectura de Aichi, los autos robados se venden reemplazando el número de chasis estampado en el compartimiento del motor con el de otro vehículo similar. Ha habido casos en que se han utilizado indebidamente los números de autos accidentados vendidos en subastas en línea.


 

GT-R BNR34 como el que manejó el actor Paul Walker en «Rápidos y Furiosos 4»

Yomiuri dijo que en el mercado de coches usados, los autos deportivos japoneses de la década del 90 son particularmente populares. Según «Current Motors», la empresa operadora del «Old Car King» que compra vehículos deportivos usados, el precio del GT-R «BNR34» fabricado en esa época, como el que manejó el actor Paul Walker en el referido filme, fue de 7 millones de yenes en 2019 y 12 millones en 2022. El «Supra RZ-S» de Toyota saltó de 3,5 millones de yenes a 8 millones de yenes.

Un ejecutivo de «Current Motors» señaló que los autos más antiguos tienen debilidades de seguridad contra delitos, como la falta de un inmovilizador que impide que el motor arranque a menos que detecte ondas de radio de la llave electrónica. “Es fundamental tomar medidas que visualmente dificulten el robo, como el bloqueo del volante”, afirmó. (RI/AG/)


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