Clientes que rocían sushi con desinfectante, lamen tazas y botellas, se comen los pedidos de otros usuarios o tocan sushis con un dedo que un instante antes se han lamido, todo eso se llama ahora “terrorismo de sushi” en Japón.
Para combatir este fenómeno que está golpeando con dureza a los restaurantes de sushi de cinta transportadora, estos están adoptando diversas medidas como reforzar la supervisión de los locales a través de cámaras equipadas con inteligencia artificial.
Algunas personas han dado su visto bueno a la medida para evitar comportamientos como los reseñados al comienzo.
Otros, sin embargo, está en contra, informa Mainichi Shimbun.
Los detractores consideran que ello equivale a vigilar a clientes que no tienen nada que ver con el terrorismo de sushi.
El jefe de relaciones públicas de la cadena Kura Sushi, que ha implantado la medida, la defiende arguyendo que es necesaria para que el cliente no esté preocupado por una posible contaminación de los alimentos o envases.
El representante de Kura Sushi calificó como “crisis” la situación por la que está atravesando la industria de sushi de cinta transportadora.
Muchas personas, añadió, ya no confían en dichos restaurantes
o ya no quieren ir a ellos.
Otra cadena, Akindo Sushiro, ha optado por limitar los artículos que coloca en la cinta transportadora a los pedidos de los clientes a través de pantallas táctiles.
Mainichi resalta que el sushi, alguna vez visto como un alimento caro, se masificó gracias a los restaurantes de cinta transportadora. (International Press)
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