Kazumi Watanabe dirige una firma que ofrece servicios y apoyo a personas con discapacidad en la prefectura de Osaka.
El hombre de 55 años es también un delincuente sexual que ha sido arrestado por atacar a dos mujeres que trabajaban para él.
Watanabe fingía ser una persona con un trastorno de identidad de género para que las mujeres bajaran la guardia, revela Mainichi Shimbun.
El hombre aseguraba no albergar ningún tipo de atracción sexual por las mujeres y para resultar más creíble vestía ropa de mujer.
Watanabe solía decir a las personas de su entorno que su “cuerpo era un hombre”, pero que su “corazón era una mujer”.
El hombre, además, abusaba de su situación de poder como jefe.
Una de sus víctimas, una mujer en la cincuentena, contó que en una ocasión, cuando ambos estaban solos en el trabajo, Watanabe le dijo que el cuerpo de ella estaba “distorsionado” y que le daría un masaje.
Para disipar las posibles sospechas de su empleada, le dijo (como acostumbraba hacer) que tenia un trastorno de identidad de género. “No me interesan los cuerpos femeninos”, aseguró.
El masaje comenzó en los hombros, pero luego se expandió al resto del cuerpo de la mujer.
La trabajadora, por miedo a perder su trabajo, no se resistió.
Más adelante, sin embargo, le dijo que pensaba renunciar a la empresa.
El hombre abandonó sus maneras amables, cambió de tono y la amenazó con quitarle su certificación si renunciaba.
La mujer lo denunció ante la policía.
“Fui engañada por su forma de hablar suave y usó mis debilidades en mi contra. Jugó sucio y es imperdonable”, dijo a Mainichi.
Las dos trabajadoras no serían las únicas víctimas del hombre, pues algunas personas con discapacidad también lo han denunciado.
La policía de Osaka está investigando el caso para conocer la amplitud de los delitos de Watanabe. (International Press)
