En enero de este año, se descubrió que faltaban cinco balas en una estación de policía en la prefectura de Nara.
El policía que estaba a cargo de inspeccionar el armario donde se almacenaban las balas fue sospechoso de haber robado la munición faltante.
El sospechoso fue hostigado a través de duros interrogatorios casi diarios, durante más de nueve horas por día, revela Mainichi Shimbun.
Utilizando un lenguaje agresivo para intimidarlo, el interrogador quería que el policía, un hombre en la veintena, confesara.
“Nadie más que tú puede ser el culpable”, le decía. También: “Te arrestaremos tantas veces como sea posible”.
La vivienda del sospechoso fue registrada en busca de las balas. No se encontró nada que lo incriminara.
Como consecuencia de los maltratos, el hombre fue diagnosticado con depresión y se ausentó del trabajo durante alrededor de medio año.
El sospechoso era inocente. Ni siquiera había habido delito.
En julio, la policía de la prefectura de Nara se dio cuenta de que había asumido por error que las balas se habían perdido.
¿Qué había ocurrido? Que había enviado a la estación de policía donde trabajaba el sospechoso menos balas de las que tenía que haber despachado.
El hombre ha entablado una demanda contra el gobierno de la prefectura y exige una compensación de 7,1 millones de yenes (alrededor de 50 mil dólares), alegando que desarrolló depresión debido a la falsa acusación.
El gobierno de Nara ha solicitado al tribunal que desestime la demanda.
Mientras tanto, la policía de la prefectura de Nara, si bien ofreció disculpas al demandante, señaló que los interrogatorios fueron legales. (International Press)
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