La moneda japonesa se debilitó hoy martes en el mercado de divisas de Tokio por encima de los 141 yenes por dólar por primera vez desde 1998. Desde principios de año año el yen ha caído más de un 20% debido a las políticas monetarias divergentes entre Japón y Estados Unidos. En un momento del día llegó a 141,17 por dólar.
Si bien el Banco de Japón prometió embarcarse en un poderoso estímulo monetario para respaldar su economía frágil, se espera que la Reserva Federal continúe aumentando las tasas por el momento.
El alza de la tasa de interés estadounidense viene influenciada por la decisión de Rusia de extender la suspensión del suministro de gas a Europa a través de su principal gasoducto, el Nord Stream, que ha disparado los precios de ese combustible en el «viejo continente».
La tendencia al alza de las tasas de interés europeas debido a la opinión de que los precios seguirán subiendo se ha extendido a las tasas de interés de EEUU, y la venta de yenes y la compra de dólares aumentaron en respuesta a la brecha cada vez mayor entre las tasas de interés de EEUU y Japón.
El tipo de cambio del yen permaneció en el nivel de 133 yenes a fines de julio, depreciándose 8 yenes en poco más de un mes.
El presidente de la Reserva Federal de EEUU (FRB), Jerome Powell, anunció a fines de agosto que continuaría aumentando las tasas de interés, lo que provocó que el dólar se apreciara frente a una amplia gama de monedas.
JAPÓN NO QUIERE FLUCTUACIONES BRUSCAS DEL YEN
En Japón, el ministro de Finanzas, Shunichi Suzuki, reiteró que los movimientos bruscos del yen eran «indeseables» y que estaba observando una creciente volatilidad en el mercado cambiario con un «gran sentido de urgencia».
Sin embargo, los comentarios de Suzuki no fueron considerados tan fuertes como los hechos en julio, cuando una caída al nivel de los 139 yenes por dólar lo llevó a decir que estaba «preocupado».
«Es importante que las monedas se muevan de manera estable, reflejando los fundamentos económicos», dijo Suzuki, insistiendo en que «un yen débil tiene méritos y deméritos, pero los movimientos bruscos no son deseables». (AG/)