En octubre de 2020, mientras viajaba en un tren lleno de pasajeros en Tokio, la abogada Chieko Aoki sintió que una mano subía por su vestido.
La mujer quería decirle al hombre que se detuviera, pero estaba petrificada por la vergüenza. No podía abrir la boca.
Aoki soportó la agresión durante más de cinco minutos.
Cuando el tren llegó a la estación de Akabane, se armó de valor y encaró al hombre, revela en declaraciones que recoge Asahi Shimbun.
“Tú acabas de manosearme, ¿no?”, le dijo en el andén. Acto seguido, agarró la correa del bolso del pasajero para retenerlo.
El hombre tiró del bolso y Aoki cayó al suelo, pero sin soltarlo. El agresor la arrastró por el andén, pero dos pasajeros acudieron en ayuda de la mujer y, finalmente, un policía lo detuvo.
El ataque tuvo un grave impacto en la vida de la mujer. Sus relaciones con su pareja y sus amigos se deterioraron, tuvo pesadillas y su salud mental se resquebrajó.
Durante la investigación a cargo de la policía y la fiscalía de Tokio, Aoki sintió que la responsabilizaban de lo sucedido, como si ella fuera la culpable. Repetidamente le preguntaron por qué no intentó escapar y por qué no dijo nada en el tren mientras era manoseada.
El fiscal del caso le dijo que el agresor recibiría una acusación sumaria por violar una ordenanza de Tokio contra la tranquilidad pública, con lo cual se salvaría de un juicio y solo sería multado.
Desesperada, Aoki le comunicó al bufete de abogados para el que trabajaba que renunciaría. Su jefe, sin embargo, protestó ante la fiscalía en representación de ella y se designó a un nuevo fiscal.
A fines de 2021, el chikan de 43 años fue acusado de agresión indecente causante de lesiones.
Durante el juicio, el agresor dijo: “Pensé que estaba bien tocarla mientras no dijera nada”.
Aoki, por su parte, declaró: “No me trataron como a un ser humano que tiene voluntad. Todavía no puedo deshacerme de la sensación de humillación”.
Finalmente, la larga batalla de Aoki concluyó el 1 de septiembre de este año con el fallo del Tribunal de Distrito de Tokio, que sentenció al atacante a dos años y medio de prisión, pena suspendida durante cuatro años.
La mujer de 45 años decidió revelar su identidad durante una conferencia de prensa con la esperanza de que su historia contribuya a un cambio social, pues en Japón es difícil para las víctimas acusar a sus agresores.
Aoki fue violada hace alrededor de 15 años y decidió hacerse abogada para ayudar a las víctimas de ataques sexuales. (International Press)
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