El 5 de agosto por la noche, Masahiro Hosokawa regresaba a su casa en la ciudad de Kawaguchi, prefectura de Saitama, en un autobús que opera la compañía de transporte para la cual trabaja, Kokusai Kogyo.
De pronto, se dio cuenta de que un pasajero sentado detrás de él llevaba una cuchilla. Discretamente, evitando llamar la atención, se acercó al conductor, Hiroyuki Nomoto, y le dijo en voz baja que detuviera el vehículo y llamara a la policía.
Mientras tanto, dos pasajeros, Daisuke Noguchi y Yoshiki Kobayashi, se percataron del problema y contribuyeron a reducir al portador del arma.
20 minutos después llegó la policía y arrestó al hombre.
Esta semana, la policía entregó sendos certificados de reconocimiento a las 4 personas por haber evitado, probablemente, un baño de sangre.
Había más de una docena de pasajeros. Nadie resultó herido.
En declaraciones recogidas por Mainichi Shimbun, Hosokawa, el que alertó al chofer, explicó que pudo actuar con calma gracias a un simulacro de secuestro de autobús que había realizado su compañía.
Con modestia, calificó como “inmerecido honor” el reconocimiento.
Por su parte, el jefe de la estación de policía elogió el “valiente acto” de las cuatro personas, que arriesgaron su vida para impedir un “crimen atroz”. (International Press)