El 27 de marzo de 2018, Akemi Adachi llamó a la esposa de su hermano para decirle que algo le había pasado a este.
Adachi llamaba desde la casa de sus padres en Osaka.
Cuando la esposa de su hermano Masamitsu llegó a la vivienda, le mostró una nota de suicidio y le dijo que se había encerrado en el baño.
La puerta del baño había sido cerrada con un pegamento, pero las dos mujeres lograron abrirla y encontraron a Masamitsu tirado en el suelo. En el inodoro había rastros de briquetas de carbón.
En el hospital al que fue trasladado atribuyeron su muerte a un probable suicidio por envenenamiento con monóxido de carbono.
Sin embargo, una autopsia detectó residuos de pastillas para dormir en el cuerpo del hombre, revela Japan Today. Allí comenzó a desmoronarse la hipótesis del suicidio.
Más adelante surgieron otras evidencias: la botella de pegamento que supuestamente había usado Masamitsu se encontró en otra habitación de la casa, no en el baño; la letra de la nota de suicidio, según la esposa, no se parecía a la de su esposo; la policía encontró en la computadora de Adachi el texto de la nota de suicidio; la madre de Adachi dijo que el día de la muerte de Masamitsu perdió el conocimiento después de beber un té preparado por su hija.
Todo apunta a que Adachi asesinó a su hermano.
Ese no fue su único crimen, de acuerdo con la acusación.
La mujer es acusada de haber asesinado a su padre al darle una sobredosis de insulina y pastillas para dormir en enero de 2018.
El padre fue hospitalizado con muerte cerebral y murió en junio de ese año.
Esta semana se inició el juicio a la mujer por los asesinatos de su padre y su hermano en el Tribunal de Distrito de Osaka.
“No tengo nada que decir”, dijo Adachi en la apertura del juicio.
Sí habló después del arresto. La mujer declaró a la policía que su hermano se había suicidado porque sentía remordimiento por haber matado a su padre.
Si bien la mujer aseguró que no ganaba nada con la muerte de su hermano, la fiscalía sostiene que actuó motivada por el seguro de vida y una disputa entre hermanos por la herencia del negocio de su padre.
Adachi, de 48 años, era presidenta de una compañía de construcción. Su hermano también tenía su propia empresa. (International Press)