Kako Saito, una chica de 13 años que estudiaba en una escuela de secundaria en Nagoya, se suicidó en enero de 2018.
Su padre, Shintaro Saito, presentó el martes una demanda contra la ciudad de Nagoya por la muerte de su hija.
“Quiero saber la verdad sobre por qué la ciudad no pudo evitar la muerte de mi hija”, dijo el hombre en declaraciones recogidas por Asahi Shimbun.
La familia de la niña sostiene que la escuela fue responsable de su suicidio porque no actuó para protegerla del ijime (bullying) que sufría en el colegio.
Los Saito exigen una compensación de 15,4 millones de yenes (111 mil dólares) por parte de Nagoya.
La niña fue transferida a la escuela de Nagoya, procedente de Osaka, en septiembre de 2017 y se unió al club de tenis del colegio.
Los miembros del club la ignoraban y se negaban a practicar con ella.
Durante un estudio realizado por la escuela a los alumnos a través de un cuestionario, Kako escribió que los otros estudiantes le decían que se alejara de ellos.
El cuestionario ofrecía varias opciones para que los alumnos indicaran su estado de ánimo. Uno de los casilleros que marcó Kako fue el que decía “tengo ganas de llorar”.
La familia critica a la escuela por no haber hecho nada para ayudar a Kako pese a que esta expresó, mediante el cuestionario, que sufría por su situación.
Además, cuestiona al municipio por su reacción tras el suicidio. Los Saito pidieron repetidamente que investigara la muerte de su hija, pero la ciudad los trató de manera “desalmada”.
Finalmente, Nagoya accedió a investigar. La junta educativa de la ciudad formó un grupo de trabajo para indagar, y en 2019 concluyó que no hubo ijime relacionado con el suicidio.
Sin embargo, otro panel de investigación determinó en 2021 que la niña sufrió bullying en la escuela y que el ijime fue una de las causas de su suicidio. (International Press)
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