Twitter anunció que acordó aceptar la propuesta de adquisición del CEO de Tesla, Elon Musk, que incluidas sus acciones existentes asciende a unos 44.000 millones de dólares, unos 5,6 billones de yenes, dando por superada la batalla comercial que sacudió a esta red social que moviliza contenidos de 200 millones de personas al día.
«Creo que la transacción propuesta es la mejor para los accionistas», dijo ayer el presidente de Twitter, Bret Taylor, al anunciar que estaba de acuerdo con la oferta de Musk de adquirir todas las acciones.
En total, Musk pagará 54,20 dólares por acción que agrega un prima del 38% al precio de cierre del 1 de abril, justo antes de que anunciara su participación en Twitter.
El famoso empresario anunció el 4 de abril que tenía una participación del 9% en Twitter y el día 13 propuso adquirir todas las acciones restantes. La junta directiva de Twitter introdujo medidas de defensa contra la compra sin responder a la oferta de Musk.
BANCOS DE JAPÓN ESTÁN EN LA TRANSACCIÓN
El 21 de abril Musk dijo que había asegurado un total de 46.500 millones de dólares en fondos de adquisición con préstamos de instituciones financieras de EEUU, Europa, Japón e invirtiendo fondos propios y acto seguido presionó a Twitter para que considerara la propuesta. Pero la seriedad y firmeza de la oferta obligó a la junta a cambiar de política y decidir a favor de la venta de la compañía.
Musk ha dicho que los problemas de censura y gestión de la eliminación de publicaciones y cuentas, lo motivaron a embarcarse en la adquisición de Twitter afirmando que protegería la libertad de expresión.
Una vez cerrada la operación de compra en la bolsa, el nuevo propietario ha prometido publicar un algoritmo que determine el orden de visualización de las publicaciones para que cualquiera pueda tomar medidas de mejora. También considera permitir la adición de las publicaciones.
En Europa y EEUU se están implementando reglas para exigir a los operadores de redes sociales un mejor manejo de las publicaciones inapropiadas, como por ejemplo los discursos de odio. Sn embargo, el intento de Musk por reducir la censura en Twitter va en contra de esta tendencia y podría provocar una fuerte reacción de los grupos reguladores. (NI/RI/)
