Acercándose al MOVADEF, por Michel Azcueta

¿Tiene o no el presidente Castillo un plan de gobierno? ¿tiene o no una visión coherente del país? ¿conoce o le interesa conocer cómo funciona el Estado a nivel nacional? El solo hecho de que después de nueve meses de gobierno, la opinión pública general se haga estas preguntas ya parece una respuesta, más aún cuando el propio presidente ha dicho “nadie le preparó para ser presidente” y que “estoy aprendiendo”.

Pero las últimas acciones del presidente y de su locuaz primer ministro parecen indicar que, más allá de las cortinas de humo y de los mensajes de doble interpretación, sí hay un plan de gobierno y una visión del país que mueven a la cúpula gubernamental descubriéndose un acercamiento a las posiciones del MOVADEF (Movimiento por la Amnistía y los Derechos Fundamentales) presente y activo, especialmente en zonas rurales.


Las alabanzas al liderazgo de Hitler en la antigua Alemania hechas reiteradamente por el premier; el desprecio oficial a los consejos hechos sinceramente por Max Hernández, secretario ejecutivo del Acuerdo Nacional y por el cardenal Pedro Barreto quienes, además, fueron insultados una y otra vez por el premier, sin que hasta el momento haya sido desautorizado por el presidente;

El priorizar nuevamente las relaciones con la FENATEP en detrimento del SUTEP con promesas sin sustento para el magisterio nacional; las últimas movilizaciones y huelgas en zonas mineras, en Cusco, en Machu Picchu, unidas a un paro nacional agrícola con mínima participación popular, pero con buena repercusión mediática por el tipo de consignas que los dirigentes lanzaron, consignas que desde hace tiempo levanta el MOVADEF;

El MOVADEF es Sendero Luminoso despojado de la violencia terrorista y de los asesinatos directos. Así lo proclaman siempre en sus documentos y mensajes. Mantienen eso sí el objetivo de la destrucción de las instituciones sociales, políticas, económicas…

El copamiento a nivel nacional de los cargos de prefectos, subprefectos, gobernadores, etc. por parte de miembros directos o cercanos al FENATEP y al MOVADEF y, para terminar, el anuncio de un referéndum sobre la convocatoria a una Asamblea Constituyente, negado decenas de veces por el Gobierno, nos lleva a pensar de que sí existe un plan de gobierno y una visión del país, que son plan y visión muy poco originales.


El MOVADEF es Sendero Luminoso despojado de la violencia terrorista y de los asesinatos directos. Así lo proclaman siempre en sus documentos y mensajes. Mantienen eso sí el objetivo de la destrucción de las instituciones sociales, políticas, económicas y culturales vigentes en el Perú, incluyendo a los poderes legislativo, ejecutivo y judicial.

Junto a ello, la destrucción de las fuentes de riqueza para, según ellos, se generen “otras” que nunca definen y que, en todo caso, nunca han demostrado que funcionen en beneficio de los más pobres del Perú si no que, al contrario, los pobres se vuelven más pobres con el consecuente aumento de las protestas. Mantienen además el desprestigio y las calumnias sobre aquellos que no están de acuerdo con sus objetivos culpándoles de todos los males existentes a nivel local, regional y nacional.

En estos nueve meses, sin lugar a dudas, han avanzado en estos objetivos, aunque para ser justos, ayudados por los demás actores políticos que no demuestran ni liderazgo ni éxito en propuestas diferentes.


Se han debilitado absolutamente todas las instituciones del Estado, comenzando por el propio Ejecutivo, con tres gabinetes y más de 50 ministros en periodo tan corto de gobierno, con lo que se fortalece la paralización de obras, la utilización mafiosa de los recursos del Estado, y el aumento del descontento popular.

Se sigue debilitando el Congreso de la República, por los propios congresistas para alegría del Gobierno: se utilizan los recursos ahorrados por el Estado durante años con nuevos proyectos asistencialistas, bonos gratuitos y medidas cortoplacistas; se mantiene un poder judicial desprestigiado que no da seguridad a los ciudadanos que desconfían tanto de las leyes como de su aplicación;


Se debilitan las organizaciones sociales y comunales y se atrasan en los servicios elementales de salud, educación y alimentación con el incremento de la delincuencia en todas las regiones… un panorama nacional donde no construimos confianza entre los ciudadanos y se genera una actitud negativa que favorece el individualismo feroz y alejan soluciones comunes a todos.

El presidente Castillo, a estas alturas de su gobierno, tiene esta deuda con todos sus electores: comunicar abierta y sinceramente su plan de gobierno y su visión del Perú, siempre en democracia.

Me atrevería, simplemente como ciudadano, a pedirle que evalúe el consejo que le dieron Max Hernández y el cardenal Pedro Barreto para construir un gobierno de unidad nacional respetando el poder de un primer ministro que cohesione el gabinete y que lidere junto con él como presidente de la República, una etapa de progreso y consolidación institucional del Perú.

 

(*) Michel Azcueta. Exalcalde de Villa El Salvador, en Lima, Perú.

 

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